REPORTAJE

De África a la carrera oficial

La empresa Espectáculos Grupo Cero, en convenio con Cruz Roja, forma en montaje de estructuras a africanos en la instalación de los palcos de la Semana Santa de Córdoba

De África a la Carrera Oficial

Manuel Murillo

Irina Marzo

Irina Marzo

Montan estructuras efímeras, pero esperan que sean los cimientos de algo más sólido en un futuro cercano: un trabajo, una vida digna. La empresa cordobesa Espectáculos Grupo Cero, en convenio con Cruz Roja, está formando a 15 personas llegadas a España como refugiados y protegidos internacionales desde diferentes países de África (Mauritania, Mali, Senegal, Camerún...) en el montaje de estructuras metálicas. En concreto, los chicos fichados por esta empresa cordobesa que trabaja en el montaje de escenarios y estructuras tubulares --ayer mismo estaban, además de en Córdoba, en Alicante, en Jerez y Albacete, para un concierto de Melendi-- están aprendiendo mientras se montan los palcos de la Semana Santa cordobesa. Paradójicamente, la mayoría son musulmanes.

Pilar Solano es responsable de los jóvenes y de Prevención Laboral de la empresa, además de «mamá África, que es como me llaman porque cuando llegan a España se ven solos y soy un punto de referencia aquí», asegura. La mayoría de estos chicos viven ahora en albergues y pisos tutelados y tienen una tarjeta de residencia que les permite trabajar. «Cuando a los que dan el perfil se les acaban las renovaciones de la tarjeta, la empresa va a Extranjería para que puedan quedarse en España», explica.  

Seckou Diwara y Negueba Dialo se forman en montajes de estructuras.

Seckou Diwara y Negueba Dialo se forman en montajes de estructuras. / MANUEL MURILLO

Desde el punto de vista empresarial, explica Pilar, el perfil de los chicos africanos es el que «mejor se adapta a nuestras necesidades, tanto por su físico como por la habilidad». Además de con Cruz Roja, trabajan con la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR) de Málaga, e incluso contratan a trabajadores en origen. Apunta, además, que es un trabajo duro porque implica estar fuera de tu casa desde el mes de marzo hasta el mes de octubre (muchas veces en festivo y con pocos descansos), que es cuando tienen más trabajo por la cantidad de eventos, fiestas y festivales que hay. 

Aunque las prácticas no son remuneradas están visadas por la Inspección de Trabajo y con ellas aprenden el trabajo (20 años de formación en construcción, 8 de trabajos en altura, además de andamiaje o carretilla) y tienen un primer contacto laboral. «Si dan el perfil pasan a ser plantilla para la empresa. Hay gente que lleva ya 10 años trabajando con nosotros». 

«Si dan el perfil pasan a ser plantilla para la empresa. Hay gente que lleva ya 10 años trabajando con nosotros», dice Pilar Solano

Además de africanos, «algunos de nuestros encargados son latinos, de Ecuador, Colombia Perú», comenta Pilar. Entre todos se entienden tirando del «bambara», un dialecto de Mali, el francés y el español. El herrero Gustavo, de Perú y con 12 años de experiencia en la empresa, valora «lo currantes que son» los jóvenes africanos que hacen prácticas; los rectos que son en su conducta: «La mayoría de ellos son musulmanes, no fuman, no beben, no tienen vicios», y el cambio que experimentan al ser contratados y cobrar su primer sueldo: «Muchos lloran porque no se lo creen», apunta. 

La esperanza de chicos como Seckou Diwara, de Mali y que lleva 3 años en Córdoba, o de Negueba Dialo, también de Mali y aquí desde hace dos, es encontrar un trabajo para labrarse un futuro como les ocurrió a Siaka (Mali), Roger (Camerún) o Anthony (Ecuador), que empezaron en prácticas. Siaka, de 26 años, casado con una cordobesa, Noemí, con la que pronto tendrá un hijo, lleva trabajando en la empresa desde el 2017. «Antes de empezar me enseñaron», recuerda agradecido. «A los que llegan de África les doy ánimo porque han entrado para conseguir su objetivo», dice desde la voz más que autorizada de su propia experiencia. Roger, por su parte, lo tiene claro:«Aquí llegamos solos y los compañeros somos la familia».

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