UNIVERSIDAD DE Córdoba

Covid, gripe... ¿qué virus esconden las aguas residuales de Córdoba?

Investigadores de la UCO, junto a Emacsa, estudian desde 2020 la evolución del covid mediante el análisis de las redes de saneamiento | Un modelo que permite detectar otras infecciones, contaminantes y tóxicos que afectan al medio ambiente y a la salud

La investigadora y profesora Carmen Michán, junto a otras dos compañeras de su grupo de la UCO.

La investigadora y profesora Carmen Michán, junto a otras dos compañeras de su grupo de la UCO. / MANUEL MURILLO

M.J. Raya

M.J. Raya

El estudio de las aguas residuales aporta una información muy valiosa que, desde hace años, está tratando de contribuir a mejorar la salud y la calidad de vida de la población. Un ejemplo de los beneficios que posibilita la investigación en esta temática ha sido el conocimiento que se ha ido teniendo durante toda la crisis sanitaria de la posible evolución del covid, gracias al acuerdo suscrito en 2020 entre la Universidad de Córdoba y la empresa municipal de aguas (Emacsa) para estudiar las aguas residuales de la red de saneamiento de la capital. Los resultados de estos análisis han venido siendo muy útiles, sobre todo en fases anteriores más complicadas de la crisis sanitaria, aunque ahora la situación sea de menor incidencia. Como la pandemia aún permanece, el acuerdo entre la UCO y Emacsa para seguir estudiando la presencia del covid se acaba de volver a renovar.

Carmen Michán, profesora titular del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UCO, señala que “el análisis molecular de las aguas residuales es una estrategia bastante reciente y unida al desarrollo de herramientas de biología molecular. Desde los años 90 se han analizado estas aguas para seguir la evolución de infecciones específicas, tanto víricas (gripe común, gripe A o virus intestinales), así como bacterianas (por ejemplo, el cólera), aunque nunca se había hecho de una manera global, como la que se está utilizando ahora para el seguimiento de la evolución del covid-19, ya que en las pandemias anteriores no existían metodologías para hacerlo”.

Los profesores José Alhama, a la izquierda, y Carmen Michán, segunda por la derecha, con otras investigadoras del grupo BIO-187 de la UCO.

Los profesores José Alhama, a la izquierda, y Carmen Michán, segunda por la derecha, con otras investigadoras del grupo BIO-187 de la UCO. / MANUEL MURILLO

Un equipo multidisciplinar de la UCO

El estudio del covid en las aguas residuales de Córdoba capital se realiza mediante la colaboración de tres grupos de trabajo de la Universidad de Córdoba: el grupo RNM-271 del área de Ingeniería Química, liderado por la profesora María de los Ángeles Martín Santos, y el grupo AGR-231 del área de Genética, liderado por el profesor Juan José Garrido Pavón. El protocolo está estandarizado por la comunidad científica para poder obtener resultados comparables.

Carmen Michán, que forma parte del tercer grupo, BIO-187, del área de Biología Molecular, cuyo responsable es el profesor José Alhama Carmona, explica que son necesarias tres etapas para la detección del covid en las aguas residuales. “La primera implica el tratamiento físico-químico de estas aguas con reactivos floculantes para concentrar todos los restos orgánicos posibles presentes en las aguas, incluido el material genético. Una vez concentrada la muestra, se efectúa el aislamiento de todo el material genético de los concentrados y, finalmente, se identifica específicamente el material que se corresponde con el virus SARS-CoV2 y se cuantifica cuántas partículas hay mediante una prueba PCR. El resultado ofrece un número determinado de partículas del virus, que es proporcional a la carga viral del número de infectados por el virus”, expone.

Análisis de las aguas residuales de una estación depuradora.

Análisis de las aguas residuales de una estación depuradora. / BRUNO AREA

Toxicología molecular

Michán precisa que la toxicología molecular estudia el efecto a nivel molecular de los distintos compuestos tóxicos en los seres vivos. Los resultados de estos estudios pueden permitir evaluar la toxicidad de los distintos compuestos químicos sobre diferentes organismos o posibilitan la detección temprana de fuentes de estrés ambiental, que sirvan de alerta para implementar medidas correctoras o paliativas en el medio ambiente y que contribuyan a proteger la salud humana de esas posibles consecuencias negativas.

Contaminantes en otros ecosistemas acuáticos

Otra de las líneas de investigación del grupo de Carmen Michán trata de determinar los efectos de los contaminantes en los ecosistemas acuáticos. “Actualmente estamos evaluando el efecto de contaminantes convencionales y emergentes, tanto en sistemas controlados de laboratorio como en experimentos de campo, haciendo muestreos a lo largo del litoral gaditano y onubense. Estos estudios se realizan junto al grupo RNM-306 del Instituto de Ciencias Marinas (CSIC), dirigido por el profesor Julián Blasco”, resalta esta profesora.

“Además, tenemos otro proyecto en marcha en el que estamos evaluando toda la cuenca del río Guadalquivir, en colaboración con los grupos RNM-306 y RNM-271. Los resultados alcanzados hasta la fecha permiten asociar la presencia de contaminantes con cambios biológicos a nivel de los microorganismos presentes en las aguas, los sedimentos y en la coquina de fango (scrobicularia plana), que usamos como organismo centinela. Estos cambios nos permiten, por una parte, realizar la detección temprana de la presencia/efectos de los contaminantes y, por otra, predecir cuales van a ser sus consecuencias a nivel ambiental”, añade Carmen Michán.

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