Promi, Prode, Futuro Singular y Fepamic evaluaron los aspectos negativos que dejó la pandemia en sus entidades y también las mejoras que trajo y que han permanecido. Blas García, presidente de Prode, destacó el importante alivio que supusieron los Ertes para las empresas en una situación tan crítica, pero sobre todo, el salto de calidad que han dado en tiempo récord. «Había cuestiones que estaban avanzando de forma ralentizada y que se han llevado a cabo a gran velocidad forzados por los acontecimientos», comentó, «me refiero a la digitalización que nos ha ayudado a mejorar la comunicación con los usuarios y los procesos de gestión».

Asimismo, García subrayó el esfuerzo que han hecho las empresas del tercer sector para profesionalizar la atención en el ámbito de la discapacidad. «Nos hemos visto obligados a reestructurar las plantillas, algo que deberíamos haber hecho antes, para avanzar en el nivel de profesionalización de los servicios que prestamos, algo que nos va a ayudar en este momento a poder competir en mejores condiciones con otras empresas, ya que lo que nuestro trabajo solo debería diferenciarse al del resto de empresas en que al final del año nosotros no repartimos dividendos porque somos entidades sin ánimo de lucro».

De cara al futuro, Ángela Amate y Sara Rodríguez piden que las administraciones «sean más conscientes del trabajo que realizamos en el ámbito de la discapacidad con un porcentaje mínimo de ayudas públicas, pese a lo que gran parte de la sociedad piensa». Por ejemplo, Promi, según expuso su presidente, ofrece servicios concertados, pero no recibe ningún dinero en subvenciones ("eso es algo que he tenido que explicar a mis trabajadores", aseguró) mientras que el presupuesto de Fepamic tiene un 18% de subvención y aspira a subir hasta un 22% para poder hacer frente a la situación económica actual.