Diario Córdoba

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ECONOMÍA

Hostelería, campo y empleo del hogar, foco de la economía sumergida

UGT y CCOO apuntan, además, a la limpieza de edificios, el comercio y la joyería | Trabajar más horas de las aseguradas es una de las principales infracciones

Clientes disfrutan de sus consumiciones en establecimientos de hostelería. A. J. GONZÁLEZ

La hostelería, la agricultura, el servicio de empleada del hogar, la limpieza de edificios, el comercio y la joyería son las principales actividades donde todavía se localiza economía sumergida en Córdoba, según afirman los sindicatos UGT y CCOO, quienes recuerdan, sin embargo, que no disponen de datos oficiales y que sus estimaciones se basan en las atenciones realizadas a trabajadores.

«Antes del covid, un informe de Funcas señalaba que la economía sumergida en Córdoba era del 23%. La pandemia puso de manifiesto, especialmente en la hostelería, que había muchos trabajadores y trabajadoras con contratos parciales que estaban en realidad trabajando a jornada completa. No creemos que esa situación haya mejorado», explica Ana Belén Acaiña, secretaria de Empleo de CCOO.

Acerca de las infracciones que se cometen, precisa que «en general, el mayor fraude que detectamos no es trabajar sin contrato, que aún se da esa situación, sino que la persona trabajadora está contratada a tiempo parcial o de forma temporal, cuando en realidad está realizando un trabajo a jornada completa y de forma habitual». 

Esta responsable sindical indica que los sectores donde más se da la economía sumergida son la hostelería, la agricultura y el servicio de empleadas de hogar. «En el caso de estas últimas, en muchos casos no se actualiza la base de cotización, con lo que están infracotizando a la Seguridad Social», precisa. Además, denuncia que «muchas veces los empleadores entienden que tener a una trabajadora interna supone que esté trabajando 24 horas al día, pero eso no es así. Trabaja ocho horas al día y tiene derecho a sus descansos, sus festivos, etcétera», precisa. 

Acaiña subraya que en la hostelería «la infracotización y la falsa temporalidad están a la orden del día. En el campo pasa algo parecido». A esto añade que en la agricultura «hemos llegado a detectar casos, por ejemplo, en que el trabajador se pone enfermo y su empleador lo da de baja en ese momento, con lo cual queda absolutamente desprotegido porque, cuando solicita la prestación por incapacidad temporal, le comunican que no está contratado».

Falla el control horario

De su parte, el secretario de Acción Sindical de UGT, Jaime Sarmiento, afirma que las prácticas relacionadas con la economía sumergida se observan en sectores como el de las empleadas del hogar, la limpieza de edificios públicos, el comercio, la joyería y platería, y «sobre todo, en la hostelería, donde se puede encontrar a trabajadores dados de alta cuatro horas y trabajando 11 horas», lamenta.

De este modo, Jaime Sarmiento señala que han detectado que hay profesionales que «están trabajando más horas de la cuenta» y la existencia de profesionales con contratos fijos discontinuos o fijos a tiempo parcial que no se corresponden con el desarrollo de su actividad. Entre otros aspectos, advierte que «está fallando el control del mecanismo del registro horario por parte de la Administración», una herramienta impulsada para contribuir a regular las jornadas laborales y evitar los excesos horarios.

Jaime Sarmiento entiende que la industria «quizá es el sector que está más al día» y apunta que las empresas «suelen estar más en regla y tener más participación sindical». No obstante, abunda en que «en la platería y la joyería también hay casos de economía sumergida, no mayoritarios».

Así, recuerda el frenazo económico derivado de la pandemia de coronavirus y subraya que «a raíz de los expedientes de regulación de empleo, los trabajadores se han dado cuenta de la metida de pata de trabajar con parte del salario en negro, porque los ERTE cubren el 70% de lo cotizado, han estado dados de alta por pocas horas y con esta situación de emergencia apenas tenían cotización», aclara. El secretario de Acción sindical de UGT hace hincapié en que con estos «chanchullos» salen perjudicados «todos, porque están dañando a las ayudas sociales, pero también a los propios trabajadores». 

Con la incertidumbre crece el riesgo

El secretario de Acción sindical de UGT, Jaime Sarmiento, afirma que la picaresca en torno a la economía sumergida «siempre ha existido» y ante el escenario actual de incertidumbre económica «a lo mejor hay quien se aprovecha de la situación. No son todos los sectores pero, por ejemplo, muchas empresas han repercutido los costes de la inflación en sus productos. No están perdiendo, el que pierde es el trabajador, que tiene menos salario y, a lo mejor, ante el temor incurrimos algunos en cobrar en negro o cobrar menos. Puede haber una cierta tendencia» al aumento de la economía sumergida, admite. 

Este responsable sindical recuerda que «está habiendo una ralentización de la economía, pero hasta el momento seguimos creciendo. Se está creando empleo. Lo que pasa es que siempre hay picaresca». De este modo, defiende que «se han creado herramientas que habrá que utilizar en prevención de riesgos y en control horario, aunque siempre aumenta el riesgo cuando también te están metiendo el temor». Por esto, destaca que desde UGT «decimos a los trabajadores que tienen las puertas abiertas, que confidencialmente podemos actuar, que asesoramos», y hace hincapié en que la economía sumergida es «competencia desleal» para las empresas y «perjudica a los trabajadores». 

Por su parte, la secretaria de Empleo de CCOO, Ana Belén Acaiña, afirma que «no creemos que la inflación influya especialmente en un incremento de la economía sumergida, en parte gracias a la reforma laboral, que está haciendo aflorar mucha contratación parcial y temporal irregular». Sin embargo, alude a la estimación realizada, según recuerda, por Funcas para Córdoba y asegura que «un 23% de economía sumergida nos parece una cifra insostenible que repercute en toda la ciudadanía, porque implica menos ingresos en la Seguridad Social».

Ana Belén Acaiña destaca que «estas situaciones se pueden evitar con una mayor presión de la Inspección de Trabajo, para lo que se requieren más medios humanos y técnicos. También con campañas informativas que animen a los trabajadores y trabajadoras a denunciar las situaciones de abuso que viven». Así, indica que «hay muchas personas que desconocen que pueden denunciar de forma anónima en la Seguridad Social y en la Inspección de Trabajo». Por último, recuerda que «es recomendable que las personas trabajadoras revisen periódicamente sus vidas laborales para conocer las cotizaciones reales que realiza la empresa». 

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