Una avería mecánica en el paso de la Custodia de Arfe ha impedido el normal desarrollo de la procesión del Corpus en Córdoba. El suceso ha ocurrido al inicio de la procesión, con la Custodia ya en el Patio de los Naranjos. Ante este contratiempo, y tras la imposibilidad de subsanar el fallo, se ha decidido que el viril que porta al Santísimo Sacramento sea portado en las manos del obispo, Demetrio Fernández, quien lo ha llevado durante todo el recorrido. Esto ha deslucido una solemnidad que empezó en el interior de la Catedral con la eucaristía presidida por el titular de la diócesis y concelebrada por el clero diocesano, una celebración seguida con atención por los numerosos fieles que llenaban el primer templo de la diócesis, así como la representación de los distintos estamentos que posteriormente acompañarían a Jesús Sacramentado por las calles de la ciudad.
Como es habitual, durante el corto recorrido, y a pesar del incidente, el Santísimo fue acompañado por representaciones de hermandades y cofradías, niños de Primera Comunión, adoración nocturna, seminaristas, clero y autoridades civiles y militares.
Tras salir del primer templo de la diócesis, el cortejo se ha encaminado hacia la calle Cardenal Herrero para bordear la Catedral y dirigirse hacia la Cruz del Rastro por la calle Cardenal González. Tras recorrer Ronda de Isasa, ha cruzado la Puerta del Puente para, por la calle Torrijos, dirigirse al interior de la Catedral. Un recorrido para algunos muy corto que, de nuevo, estuvo engalanado con los efímeros altares levantados por las cofradías, unos conjuntos que año tras año van ganando en esplendor dándole ese toque barroco tan propio de la procesión del Corpus, una procesión que en otros aspectos sigue pidiendo una revisión para hacerla más atractiva.
