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Autoridades, junto a parte del amplio equipo de investigadores que han formado parte de este importante estudio.CHENCHO MARTÍNEZ

IMPORTANTE AVANCE CIENTÍFICO

Un estudio del Imibic demuestra que la dieta mediterránea previene la repetición de infartos o ictus

La investigación, que cuenta con participación del Reina Sofía y de la UCO, acaba de ser publicada en la prestigiosa revista 'The Lancet' | El riesgo de volver un accidente cerebrovascular cae entre un 25% y un 30% inferior si se toma aceite de oliva frente a una dieta baja en grasas

Un estudio llamado Cordiopriev, realizado por Investigadores del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic),delhospital Reina Sofía y de la Universidad de Córdoba, con el apoyo de la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero, demuestra que una dieta mediterránea que incluya el aceite de oliva virgen previene en un mayor porcentaje la repetición de eventos cardiovasculares (infartos, ictus, entre otros accidentes) en pacientes que previamente ya habían sufrido estos episodios, respecto a una dieta baja en grasas, pero rica en hidratos de carbono complejos. Este estudio del Imibic ha sido publicado este jueves enThe Lancet,la más prestigiosa revista médica británica, y recalca que los dos modelos de alimentación son cardiosaludables, pero la dieta mediterránea sería superior a la baja en grasas.

Los resultados han sido dados a conocer este viernes en una presentación llevada a cabo en el Imibic por parte del grupo de Nutrigenómica y Síndrome Metabólico del Imibic, del que forma parte el propio director científico del Imibic, Pablo Pérez Martínez; el exdirector científico de este mismo instituto Francisco Pérez Jiménez; el jefe de Medicina Interna del hospital Reina Sofía, José López Miranda, Fernando López Segura, entre otros muchos investigadores del Imibic, Reina Sofía y UCO.

José López Miranda ha incidido en que la importancia de las conclusiones de este estudio radican en el hecho de que puede contribuir a reducir la enfermedad cardiovascular, que mata a 350.000 personas en el mundo cada semana y constituye la principal causa de defunción en las sociedades desarrolladas.

Por su parte, Pablo Pérez ha explicado que ya un anterior estudio de este grupo de investigación, elPredimed, avaló que la dieta mediterránea prevenía la posibilidad de sufrir eventos cardiovasculares. Ahora, con este estudio, se da un paso más, ya que se comprueba que además esta misma dieta mediterránea previene la posibilidad de que dichos infartos o ictus puedan volver a repetirse en quienes ya los han sufrido previamente y tienen una patología cardiovascular establecida.

Un ‘bodegón’ con una ajustada proporción de los productos que componen la dieta mediterránea.

El director científico del Imibic ha expuesto que el estudio Cordiopriev ha sido un ensayo clínico aleatorizado realizado en el Reina Sofía, con la participación de 1.002 pacientes cordobeses con enfermedad coronaria establecida de entre 20 y 76 años, que recibieron una intervención dietética con dieta mediterránea o de dieta baja en grasa y fueron seguidos durante siete años. El objetivo principal del estudio fue valorar la aparición de nuevos eventos cardiovasculares mayores, (o evento principal) que incluía infarto de miocardio, revascularización (bypass, cateterismos, stents), accidente cerebrovascular isquémico (ictus), enfermedad arterial periférica y muerte de origen cardiovascular (muerte súbita) evaluando su aparición en los dos tipos de dieta. 

Desde octubre de 2009 hasta febrero de 2012 se incluyeron los 1.002 participantes del estudio. La población tenía una media de 59,5 años, y, como reflejo de la proporción habitual de la enfermedad coronaria, era en su mayoría varones (un 82,5%). De los 1.002 participantes, un 198 sufrió de nuevo un evento cardiovascular o evento principal, de los que 87 tomaban la dieta mediterránea (17,3%) y 111 (22%), una dieta baja en grasas. Como al inicio del estudio la posibilidad de volver a sufrir un accidente cardiovascular era del 33%, quienes optaron por la dieta mediterránea redujeron el riesgo casi a la mitad frente a si no hubieran tomado esta dieta. Estos efectos fueron más evidentes en los varones, donde la diferencia entre dietas fue casi de un 35% a favor de la mediterránea.

En conclusión, la dieta mediterránea fue superior a la dieta baja en grasas en prevenir la aparición de infarto de miocardio, revascularización, accidente cerebrovascular isquémico, enfermedad arterial periférica y muerte de origen cardiovascular. Los resultados son muy relevantes para la práctica clínica, apoyando el uso de la dieta mediterránea para prevenir la recurrencia de la enfermedad cardiovascular.

¿Cuántos infartos se podrían evitar en España?

El director del Imibic ha recalcado que este estudio, de máximo nivel de rigurosidad, marca un hito en la prevención cardiovascular y su repercusión será clave para la sociedad y para el mundo científico dado que permitirá con un alto grado de evidencia científica el poder recomendar este tipo de dieta a las personas que previamente han tenido un evento cardiovascular. Así, según López Miranda, si se extrapolaran los resultados de este estudio a la población española que sufre un infarto cada año, unas 53.000 personas, y se les aplicara el modelo de consumo de dieta mediterránea, se podrían evitar 530 infartos mortales y unas 1167 muertes.

En esta misma línea, el consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, que ha participado en la presentación junto al rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, y el director general de Industria Agroalimentaria, José Miguel Herrero, ha resaltado la evidencia científica de este estudio y su publicación en The Lancet, ya que que va a suponer un "antes y después" a la hora de destacar la importancia del aceite de oliva como grasa saludable.

Por otro lado, el presidente de la Fundación Patronato Común Olivarero, Rafael Sánchez de Puerta, ha valorado la evidencia científica que aporta esta investigación, en la que se ha involucrado este patronato, ya que esa relación estrecha entre aceite de oliva y salud es la que está permitiendo mejorar la calidad de vida de los consumidores y una mayor producción y consumo de aceite de oliva, que a pesar de la pandemia, sigue creciendo a nivel mundial.

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