Creo que fue el vicepresidente de Caja Rural del Sur, Ricardo López Crespo, quien utilizó la frase: «De esta también saldremos», una declaración de intenciones sobre el optimismo a prueba de bombas que deberá regir los pasos hacia la recuperación económica en un momento tan complicado como el actual, una frase que habría que completar con otra pronunciada por el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz: «Sin dejar a nadie atrás». La presentación del Anuario Económico de Córdoba 2021, «la biblia de las empresas de Córdoba», según el presentador del acto, el redactor jefe del periódico, Rafael Aranda, sirvió para unificar las voces de empresarios, agentes sociales y administraciones, en uno de los momentos históricos más complicados de las últimas décadas, en ese objetivo común de encontrar «la luz al final del túnel», metáfora que la publicación, en su 13ª edición (menos mal que no había supersticiosos), enmarca en su portada.
Antonio Díaz, presidente de CECO, destacó que el 2021 fue un año mejor que el 2020 para las empresas de Córdoba, «pero nadie podía imaginar que 2022 empezaría con una invasión militar de enorme impacto en el precio de combustible, materia prima y todo lo que supone primera necesidad», por lo que no dudó en reclamar «medidas serias, urgentes y drásticas para frenar el IPC. «La patata caliente está sobre el tejado del Gobierno», aseguró.
Como suele ocurrir en estos encuentros, en los que la representación masculina es aplastante, son los hombres quienes aparecen en la foto principal aunque no faltan mujeres con representación y cosas que decir. Entre las presentes, estuvo la presidenta de la patronal de la construcción (Construcor), María Dolores Jiménez, quien aseguró que pese a que el 2021 fue un año difícil por la pandemia y el 2022 empezó con nuevas incertidumbres por la guerra de Ucrania, la designación de Córdoba como sede de la base logística del Ejército abre un «horizonte muy esperanzador para la provincia». Consciente de «la inflación, la bestial subida de los materiales y combustible, la no revisión de precios en la contratación pública y privada y el problema generado por la huelga del transporte» y a pesar de ello, sentenció que «a Córdoba le ha llegado su momento, ese al que tanto habíamos aspirado», ante lo que abogó por «aprovechar al máximo todas las oportunidades que se están abriendo para que Córdoba dé el salto que merece».
La presidenta de los joyeros, Milagrosa Gómez, puso el acento en «el enorme trabajo y la apuesta por la innovación y la tecnología realizada por el sector de la joyería cordobesa durante el 2021» y confió en que en el 2022, «que empezó con indicios de recuperación hasta que la cosa se torció», el trabajo dé sus frutos «y seamos capaces de seguir avanzando y resistir».
Marina Borrego, secretaria general de CCOO, puso el contrapunto a los empresarios destacando del 2021 el acierto de sindicatos, empresarios y Gobierno al pactar una reforma laboral que espera que se cumpla y reducir además la precariedad laboral gracias a la subida del SMI.
Desde el ámbito político, la presidenta del Imdeec, Blanca Torret, se mostró satisfecha porque el Ayuntamiento de Córdoba haya podido aportar ayudas económicas a las pequeñas empresas para salir adelante en un tiempo tan incierto, pero aseguró que «nos queda mucho por hacer para aprovechar al máximo el potencial económico de Córdoba».
También hubo mujeres representando al tercer sector, como Auxiliadora Fernández, directora de Aemet Arco Iris, entidad implicada en la ayuda humanitaria: «Nosotros hemos vivido el 2021 con la ilusión que nos caracteriza porque somos los que atendemos a las personas en situación más vulnerable y aunque ha sido un año difícil, tenemos la esperanza de que el panorama cambie pronto y el 2022 acabe mejor de lo que ha empezado».
Palabras como diálogo, empatía, paz social, libertad y progreso fueron protagonistas (junto a neologismos como star ups o business friendly empleados por alguna autoridad políglota) en los discursos de los ponentes, que en medio del estrés y la radicalidad que a menudo preside la actualidad, emplearon un tono de lo más conciliador. Hasta el punto de que Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, llegó a hablar de «vaselina» cuando dijo que el 99% de los políticos actúan de buena fe a modo de suavizante antes de lanzar sus críticas, también «desde la buena fe» contra el Gobierno. De un modo u otro su intervención, más larga de lo previsto, hizo levantarse de la silla nada más terminar a varios representantes de IU y PSOE.
Rafael Aranda, maestro de ceremonias y sazonador habitual de estas galas, cerró el acto con una de esas frases motivadoras atribuida sorprendentemente al champú Vidal Sasoon. «El único sitio donde el éxito con e aparece antes que el trabajo con t es en el diccionario porque antes que el éxito siempre va el trabajo». Pues eso, habrá que pasar a la acción con la venia de Putin.
