Javier Serrano es un cordobés, criado en la avenida de Barcelona y casado con otra cordobesa, Nuria Navas, que lleva media vida viviendo y trabajando fuera de la ciudad aunque conserva intactos sus lazos familiares y sentimentales con la ciudad. Estudiante de ETEA, ahora tiene su propia empresa consultora y reside en Madrid con su mujer y sus hijos. Hace unos días, según cuenta, una pareja de amigos, Jorge y Raquel, preocupados por las noticias que llegaban de Ucrania, decidieron tomar cartas en el asunto y embarcarse en un viaje con billete de retorno que les llevará a entregar ayuda humanitaria y a traer de vuelta a 28 refugiados. Ese es el número de plazas que quedarán libres en las cuatro furgonetas que el martes de madrugada partieron hacia Polonia, dos desde Madrid y otras dos desde Valencia.

«Viendo cómo la situación iba empeorando en los últimos días, pensamos que había que actuar y nos hemos organizado para hacer algo», explica Javier. Para ello, iniciaron una campaña de recogida de alimentos, medicina y material de ayuda humanitario y buscaron las furgonetas, que antes de partir, cargaron con todo lo que han recogido en cuestión de días. El 50% del coste del viaje (furgonetas, gasolinas y demás gastos se financiará con las aportaciones de amigos y conocidos y la otra mitad correrá a cargo de Jorge y Raquel). El objetivo es «llegar cuanto antes, ya que no sabemos cómo se van a desarrollar los acontecimientos». Y para eso, desde que salieron, no han dejado de conducir. «Hemos parado solo un par de veces para comer y estirar las piernas, nada más», detalla Javier. 

Empezaron la andadura el martes a las 19 horas y a mediodía de este miércoles cruzaban la frontera de Alemania. «En cada furgoneta vamos cuatro personas, dos delante, una conduciendo y otra de copiloto hablándole para que no se duerma, y dos detrás descansando para hacer el relevo», comenta. Pasadas las 20 horas, Javier ha confirmado que acaban de cruzar la frontera de República Checa y finalmente, harán noche en Praga para retomar el viaje a las 6 de la mañana. Una vez lleguen a Polonia los cuatro vehículos (ellos y los otros ocho amigos que viajan desde Valencia), acudirán a una oenegé con la que han contactado previamente para entregar el cargamento que llevan de camino y contactar con las familias que vendrán de vuelta.

Para dejar plazas libres, ocho personas volverán en avión a España y otras ocho conducirán de vuelta. Ya han contactado con las familias españolas que recibirán a los 28 refugiados, repartidos en grupos de dos, tres y cuatro personas y con algunos de los ucranianos que vendrán de vuelta con ellos. «Las plazas que quedan libres las completaremos una vez en el terreno, hablando con las oenegés», comenta Javier, que no descarta que el viaje se repita.