El empresario Pedro Martos Cámara falleció hace unas fechas en Córdoba. Nacido en Villagordo (Jaén) quiso probar suerte en la tierra que lo conquistó, Córdoba, junto a su esposa y su gran pilar Antonia Rodríguez López quien lo acompañó en sus negocios de restauración.

Los comienzos fueron difíciles, con un pequeño negocio en la Calle Alderetes (Ciudad Jardín). Lleno de ilusión puso rumbo a las Antípodas (Australia) y a su regreso retomó la profesión en carretera de Trassierra, barrio que le brindó buenos amigos y una fiel clientela.

Con las nuevas obras de la ciudad, se vio obligado a comenzar de cero en la barriada de Santa Rosa con La Gamba de Oro en Cruz de Juárez y aquí con sus cuatro hijos Juan, Pedro, Toñi y Rafa empezaron una nueva vida. Con el paso del tiempo amplió sus negocios a La Cococha, El Olivo y El Limonero.

Hombre campechano, amigo de sus amigos, aficionado al cante flamenco y a las corridas de toros, pasó sus últimos años retirado en su casita de campo. Sin embargo, una inesperada fractura de cadera lo obligó a estar en silla de ruedas, aunque disfrutando de lo que más le gustaba, el buen comer.