El reflejo del sol sobre las principales zonas de interés de la ciudad ha dejado una estampa de gran afluencia en centro y casco histórico desde primera hora de este miércoles, pese a los casi 8.000 contagios que acumula esta semana en la provincia la variante ómicron del coronavirus.

El impulso de las compras de Reyes ha animado a los cordobeses a ocupar las grandes superficies comerciales del centro, las plazas, los pequeños comercios y, como extensión, las terrazas de los bares, en las que era casi imposible encontrar una silla libre a la hora de la cerveza. Mientras que los centros comerciales cerrados parecían el desierto de Tabernas, el bulevar del Gran Capitán fluía con espectáculos de marionetas para niños y atracciones en continuo movimiento.

En Don Regalón, en la calle Cruz Conde, los dependientes casi no daban abasto para atender una demanda que no ha parado de crecer desde que abrieron hace seis meses. "Será por los precios o por la situación de la tienda, pero hemos tenido una buena acogida aunque hayamos abierto en pandemia", comentaban en el interior. En la misma línea, Mamen de la Moneda, de Moonë, admitía no estar "notando especialmente" la bajada de la demanda por el repunte de casos por coronavirus, "creo que es por el perfil de ropa más barata que vendemos y por habernos mudado a Cruz Conde", admitía. En una perfumería cercana, percibían una "subida de las ventas" incluso mejor que en el año pasado. Aunque esta no era la sensación general de todos los comerciantes.

Ambiente en el centro de Córdoba este miércoles. A. J. GONZÁLEZ

"Vamos sobreviviendo", se resignaban en una papelería de la calle San Felipe, porque "otros años en estas fechas no dábamos abasto" y en Garbo Complementos reconocían estar notando "muchísimo" el descenso de las ventas, con un año "incluso peor que el 2020 de pandemia". Algo que, gracias a la web, están mitigando negocios como Ostin Macho con ventas a los clientes que no pueden salir por estar confinados. El dueño, Rubén, está notando "menor afluencia pero unas ventas sostenidas".

Y mientras el centro rebosaba, la Judería y sus alrededores dejaban una estampa de largas colas para visitar el Alcázar de los Reyes Cristianos o la Mezquita-Catedral, así como los principales atractivos monumentales de los alrededores. Bulliciosos paseos por la zona de la Ribera de grupos de visitantes a los que no se les había visto a principios de esta semana, cuando la lluvia disipaba todo rastro de actividad turística y comercial en la ciudad.

Una avalancha en la calle que en los alojamientos turísticos y en los hoteles se traduce estos días en "incertidumbre" y en un "goteo de reservas", como contaba a este diario la presidenta de los comerciantes de la Judería, Laura Roda, quien ve la traducción de la estampa en números como "unos resultados iguales a los de un día normal de visitas al casco histórico que no se corresponde a estas fechas en la normalidad". Lo mismo que confirmaba Antonio Ramos Pemán, de la Asociación de Empresas Turísticas Emcotur, abrumado por la "nefasta" previsión ante el fin de semana por las numerosas cancelaciones de apartamentos turísticos, residencias del alquiler, caterings y establecimientos para las celebraciones de Nochevieja.

El tránsito se ha ido manteniendo a lo largo de la tarde hasta dar lugar a imágenes en el centro que, de no ser por las mascarillas, podrían pertenecer perfectamente a tiempos anteriores a la pandemia en los que no extraño era no salir a la calle durante las semanas de Navidad, para consumir por gusto más que por necesidad. Desde el Corte Inglés lo asumían sin sorpresas puesto que la campaña navideña les ha dejado, hasta el momento, "unos buenos datos de consumo que se traduce en la confianza que mantienen en nosotros nuestros clientes", declaraban a este diario desde la superficie.

En lo que respecta a los datos generales en la ciudad, la situación no es tan esperanzadora puesto que "la campaña no está yendo bien desde la explosión de contagios en el Puente de la Inmaculada", lo que sin duda es "desesperanzador" porque había "muchas expectativas puestas en una campaña a la que acompañaba la vacunación y la normalización de la situación", comentaba a este diario el presidente de Comercio Córdoba, Rafael Bados, a la espera de tener unos datos sólidos cuando comparen esta campaña con la anterior al estallido de la pandemia.

Todo ello se traduce en que el sol empuja a los cordobeses a llenar de actividad y vida las calles, al menos en apariencia, cuando los efectos de ómicron siguen haciendo mella en los datos reales que impulsan la base económica de la ciudad.