Lorenzo Amor es presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), uno de los colectivos empresariales que más dañado se ha visto por la pandemia del coronavirus. Recuperar la actividad y los niveles de facturación prepandémicos, advierte, es todavía complicado, teniendo en cuenta además a todos aquellos empresarios que se han quedado por el camino. Aporta soluciones para cambiar la tendencia y pide a las administraciones más ayudas porque las que han llegado hasta día de hoy, advierte, son insuficientes.

¿Cuál es, a día de hoy, la situación de los autónomos?

Los autónomos en estos momentos están cicatrizando las heridas que ha dejado la crisis, que han sido muchísimas. Durante muchos meses gran parte de los autónomos se han visto obligados a limitaciones y restricciones, a no poder trabajar. A día de hoy (independientemente de esta sexta ola tan contagiosa), uno de cada tres autónomos ha recuperado los niveles previos a la pandemia. Sin embargo, dos de cada tres todavía no saben lo que es la recuperación. La situación se ha visto agravada, además, por unos factores con los que no contábamos, como el incremento de los precios de la luz. Muchos autónomos no solamente pagan el doble de luz que hace un año, sino que hay quien paga el triple o cuatro veces más. También ha habido un incremento en los carburantes y las materias primas, además de una falta de componentes y una inflación que anda un poco desbocada. A eso añadimos un aumento de la presión fiscal y las cotizaciones. Todo esto en una coctelera hace que la situación de los autónomos se agrave y se le añade que el consumo se encuentra detraído y nosotros dependemos del consumo interno, cosa que no despega.

En muchos sectores, durante la pandemia, se ha visto que la actividad ha ido en consonancia a cómo marchaban los contagios, ¿le ha ocurrido esto también a los autónomos? ¿Se espera una caída de la actividad con esta sexta ola?

La mitad de los autónomos no prevé recuperarse hasta bien entrado el año 2022, no prevén tener una facturación precovid hasta esa fecha. Hay que tener en cuenta que uno de cada cinco autónomos pertenecía a un sector esencial. Es decir, que el 22% de los autónomos se dedicaba a una actividad esencial. Se puede decir que el impacto del covid vino por barrios, no ha afectado por igual a todos. Hay parte que se ha recuperado, pero hay sectores que tienen que ver con servicios que en el momento en que ha venido una ola han tenido una caída de la actividad y se han visto dañados.

«La mitad de los autónomos no prevé recuperarse hasta bien entrado el 2022»

Ya ha hecho referencia al sistema de cotización, el cual los autónomos llevan denunciando mucho tiempo. Ha habido una propuesta reciente del ministro Escrivá con la que tampoco están muy de acuerdo.

El sistema de cotización que tenemos puede ser injusto porque hay autónomos que no llegan a la base mínima. Pero es un sistema más justo que el que propone el ministro Escrivá. Nos proponen un sistema del que suena muy bien el titular «cotizar por ingresos reales», pero el problema es que no vamos a cotizar por ingresos reales, sino por rendimiento neto. ¿Qué es eso? El rendimiento neto es lo único que quiere Hacienda, la Agencia Tributaria nos ha traslado a nosotros que no conoce los ingresos reales. La Agencia Tributaria conoce la facturación de un autónomo, los gastos que tiene sujetos a derecho. Y la diferencia entre los ingresos y los gastos es lo que te da el rendimiento neto. Se pretende que coticemos por el rendimiento neto y eso es una injusticia total. No todos los autónomos tienen gastos que son deducibles. Un ejemplo claro: hay periodistas autónomos que son personas físicas y otros que tienen una sociedad. El de persona física si va a comer con alguien a quien va a hacer una entrevista esa comida no es deducible como gasto, pero si va a comer un periodista con una empresa, sí es deducible. Otro ejemplo, fotógrafos autónomos que, aparte de trabajar para un medio, hacen bodas, bautizos y comuniones. Hay dos, uno de ellos tiene un estudio y el otro no lo tiene, trabaja en su casa. Los dos facturan 40.000 euros, pero el que tiene estudio pagará a la Seguridad Social la mitad que el que trabaja desde su casa, porque el que tiene estudio va a poder deducirse todos los gastos. Nos están proponiendo un sistema injusto y que no es progresista, sino regresivo.

Con todo lo que cuenta parece muy complicado ser autónomo en España.

Ser autónomo en España sigue siendo una profesión de riesgo. Entre otras cosas porque si fracasas lo pierdes todo. Y si tienes éxito, como mínimo, el 50% lo compartes con Hacienda y la Seguridad Social. Además, seguimos teniendo muchas trabas a la actividad. Uno de los grandes problemas es que sentimos soledad, a pesar de que en España hay 3,4 millones de autónomos, en Andalucía más de 560.000 y en Córdoba, más de 50.000. La realidad sigue siendo complicada.

¿Cómo ha sido la relación de los autónomos con las administraciones durante la pandemia?

Yo quiero agradecer las ayudas que se han puesto en marcha durante el covid, tanto de ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas y Gobierno central. Una vez dicho esto, los autónomos suspenden a las administraciones en las ayudas. La nota más baja la tiene el Gobierno central, luego los ayuntamientos y luego las comunidades autónomas. Es decir, se le da una nota más alta a las comunidades que al Gobierno central. Es verdad que el Gobierno puso una serie de medidas sobre la mesa al inicio de la pandemia, como los ertes, las ayudas por cese de actividad o las líneas ICO, que han funcionado, pero, sin embargo, las ayudas directas que se activaron apenas van a llegar a un 10% de los autónomos en toda España con todo lo que ha caído. Entre otras cosas porque hay un real decreto que se puso en marcha con muchas trabas, dejando fuera a sectores que no tienen posibilidad de justificar gastos, como los guías de turismo, los traductores o los músicos. Las comunidades autónomas reaccionaron con paquetes de ayudas directas. La Junta de Andalucía ha destinado importantes ayudas a los autónomos, me consta que ayuntamientos de Córdoba y la Diputación también. En general, las administraciones han apoyado, pero el apoyo no ha sido suficiente para las pérdidas de facturación que han tenido los autónomos, que se han visto obligados a cerrar en muchos casos. Y agradecemos el esfuerzo, pero el sentimiento entre los autónomos es que ha sido insuficiente.

«Si fracasas, lo pierdes todo y si tienes éxito, la mitad se lo lleva Hacienda»

¿Qué necesitan los autónomos para poder sobrevivir?

Que no nos pongan zancadillas, que no llegue enero y, como van a hacer, nos suban la cotización. Que no suban impuestos, que no pongan más trabas en el camino. Hay que solucionar el problema coyuntural de la luz y los carburantes, haciendo, por ejemplo, que un autónomo pague la luz o el carburante que consume y no tanto impuesto. España es el país en el que más ha crecido la presión fiscal en los últimos dos años, es un país en el que pagamos un 30% más de impuestos que la media europea. Eso es malo para las empresas, para los autónomos y para los ciudadanos. Hemos visto en comunidades como Madrid o Andalucía que con menos impuestos se recauda más porque aflora más economía sumergida. Esas son las recetas que nosotros pedimos.

Ya ha hecho referencia al precio de la luz en varias ocasiones, ¿es un hándicap para la continuidad de la actividad?

Para uno de cada cuatro autónomos su problema ahora mismo no es la sexta ola o si vende más o menos, el problema principal para mantener el negocio es pagar el recibo de la luz. Por ejemplo, una panadería de Asturias nos ha trasladado que en estos momentos, con un trabajador que tiene, no tiene capacidad de pagar la luz y al trabajador.

¿Hay casos de éxito de autónomos durante la pandemia? ¿Empresarios que hayan aprovechado la adversidad para convertirla en oportunidad?

Indudablemente. En momentos de crisis surgen iniciativas emprendedoras. Pero, además, hemos visto transformación de negocios. Una pequeña industria de medias que ahora en lugar de fabricar eso fabrica mascarillas. O empresas que antes eran jugueteras y ahora usan el plástico para fabricar epis. También hemos visto a autónomos que al hilo de la eclosión del teletrabajo y las videoconferencias han creado iniciativas de autónomos en estos ámbitos. Y en cuanto a ese crecimiento, por territorios, Andalucía se ha convertido en la comunidad autónoma con más autónomos de España, donde más crecen. El año puede acabar con 15.000 autónomos en Andalucía, 50.000 en España, uno de cada tres nuevos será andaluz. También hemos visto un empuje de los autónomos en personas mayores de 50 años, que son expulsados del mercado laboral por cuenta ajena, con una gran trayectoria, una preparación importante, y en lugar de quedarse en el sofá de su casa, emprenden.

«Para uno de cada cuatro autónomos su problema ahora mismo es poder o no pagar la luz»

Ya que hablamos de parte del perfil de los nuevos autónomos, ¿ha evolucionado?

Sí, por ejemplo, en Andalucía ganan las mujeres a los hombres, cada vez emprenden más autónomos que tienen trabajadores, viene por parte de mayores de 50 años y en actividades profesionales. Eso no quita que el comercio, la hostelería, la agricultura y el transporte sigan siendo liderados por hombres, y son sectores que tienen un mayor número de autónomos. Pero en unos años el ámbito profesional va a ganar fuerza y cambiará el perfil.

¿Y los jóvenes se animan?

Es una tarea pendiente que tiene nuestra sociedad en general. Cuando demonizamos la figura del empresario y estamos continuamente estigmatizándolo, difícilmente vamos a encontrar jóvenes que quieran emprender, aunque los hay. Lo primero que hay que entender es que ser autónomo o ser empresario es una forma de buscarse la vida y también facilitar el emprendimiento, que ser autónomo no sea una profesión de riesgo.

Se habla mucho de los falsos autónomos, sobre todo a raíz de profesiones como las de los riders, aunque afecta a otras muchas.

Bueno, en el caso de los riders, ya no son autónomos, así lo dice la normativa. Durante unos años hemos tenido una figura que no dejaba de ser una forma de trabajo encubierto, los tribunales lo han perseguido y en esto se ha trabajado. Me opongo, desde luego, a que haya falsos autónomos. Los datos que tenemos ahora mismo de autónomos que trabajan exclusivamente para una empresa se han reducido y eso supone que el número de falsos autónomos también haya bajado.

«Hemos visto un empuje en los autónomos mayores de 50 años»

¿Aboga ATA por medidas más restrictivas frente al covid?

La situación en la que estamos es de muchos contagios, pero si analizamos los datos que tenemos de ingresos y personas en uci, no tienen nada que ver con lo que había el año pasado a estas alturas. Tampoco se ha demostrado que en sectores como la hostelería haya más contagios. No creo que en estos momentos tengamos que tomar medidas más diferentes a las que se han ido tomando en los últimos meses. Por otro lado, en muchas comunidades, entre ellas Andalucía, se ha puesto en marcha el certificado covid. Estamos exigiendo el certificado covid a los clientes, pero tenemos bares donde hay camareros que no están vacunados, esto es paradójico. No les puedes quitar de su puesto de trabajo y estamos obligando a los clientes a que estén vacunados. Estas son las cosas que tenemos en nuestras normativas.

¿Cómo valora el acuerdo alcanzado en relación a la reforma laboral?

ATA ha dado el visto bueno a esta reforma porque mantiene la libertad de empresa y la libertad de contratación pero también las líneas de explotación de la normativa laboral actual, es decir, se mantiene toda la flexibilidad, no establece rigideces, siguen intactos los artículos 41 y el 83 del Estatuto de los Trabajadores, que han permitido a muchos autónomos y pequeñas empresas en momentos de dificultad usar esas medidas de flexibilidad internas, pero también refuerza la negociación colectiva, que no solamente busca un equilibrio sino que la refuerza en el ámbito empresarial. En el ámbito de la subcontratación, mejora y va a permitir que los autónomos que sean subcontratados deban tener el convenio de la actividad en la que son subcontratados frente a otras propuestas que no nos gustan. Es una norma que no solamente mantiene la libertad de empresa sino también los mecanismos de flexibilidad.