El especialista en Reumatología del hospital Reina Sofía Miguel Ángel Caracuel es ruteño de nacimiento, carcabulense de sentimiento y médico de vocación. Después de más de 30 años ejerciendo como reumatólogo en Córdoba, afirma que si volviera a nacer cien veces, las cien volvería a estudiar Medicina, ya que es lo que siempre soñó. En su trayectoria ha recibido numerosos reconocimientos por su labor, pero para él, el más importante es el de sus pacientes.

¿Siempre tuvo claro que quería especializarse en Reumatología?

Fue por rebote. Cuando elegí, aunque no tenía mal número, no la tenía en mis primeras opciones. Me pisaron una plaza de Digestivo y una plaza de Cardiología y finalmente elegí Reumatología. Y digo lo mismo, si tuviera que elegir especialidad hoy, sin duda que la elegiría porque la verdad es que me ha permitido un desarrollo personal y profesional grande.

¿Qué tiene de especial este área?

La traumatología tiene una parte importante que es el trato con el paciente y es una parte de medicina integral. La base de nuestra especialidad es la historia clínica, lo que el paciente te cuenta y lo que tú eres capaz de explorar. Ese trato personal diario en la medicina ocasional es lo que ayuda a seguir, lo que estimula y lo que te da ganas. Yo se lo digo a mis residentes cada día: aprende y aprovecha cada paciente que explores porque esa es la base de tu formación.

¿Cómo es ese trato con el paciente que ha experimentado a lo largo de su trayectoria?

La medicina tiene dos partes muy importantes: la ciencia y la humanidad. Tú puedes ser muy científico pero tienes que ponerle a tu acto médico humanidad, y eso es lo que diferencia a la buena medicina de otras. Si tú tratas bien a un paciente, si tú pones amor y sinceridad a lo que haces, seguro que te va bien. Es posible que así nunca tengas ningún problema.

¿Ser médico es un trabajo gratificante? ¿Y frustrante?

Sin duda alguna. Hacer bien al prójimo es lo que más gratifica en la vida y a cualquier persona, pero el la medicina todavía más porque son personas que están en peor situación, con enfermedades, dolores y sufrimiento. Con lo cual eso es lo que probablemente tenga un plus añadido para el paciente y, sin duda, para ti. También frustrante porque todo médico tiene su fracaso y, a veces, lo pasas mal. Yo en estos más de 30 años he tenido muchas satisfacciones pero también he tenido situaciones complicadas que he tenido que afrontar y darle vueltas en la noche. Sufrimiento de paciente y del entorno porque hay enfermedades reumáticas que son complicadas.

«La medicina hay que ejercerla bien, con vocación y con humanidad, en la privada y la pública»

Su trayectoria profesional ha sido reconocida en múltiples ocasiones. La última vez fue con el premio Averroes que concede la Asociación de Visitadores Médicos de Córdoba. ¿Qué supone este galardón?

Yo digo que esto es un reconocimiento personal pero que, sin duda, es una labor de conjunto y yo he llegado donde estoy hoy no solo por mi, sino por las circunstancias y los entornos en los que he estado. Para mi, la verdad, este reconocimiento es muy satisfactorio pero soy yo y mis circunstancias. Porque todo este tiempo de ejercicio culmina una etapa pero no solo por ti, sino por todo lo que tienes a tu alrededor.

¿Qué importancia tiene este premio?

Este premio tiene una gran importancia porque se concede en un ámbito de la medicina donde se valoran muchas candidaturas y en Córdoba lleva ya 48 años establecido. Yo no era consciente de la relevancia que tenía pero tengo el teléfono lleno de felicitaciones, por lo que ha trascendido. Es emocionante y, sin duda, muy gratificante. Esto sirve para seguir porque mi labor clínica y médica no son premios, tengo que demostrarla con cada uno de mis pacientes.

Es algo que sirve de impulso.

Siempre. Hay que aprovechar para seguir, porque es verdad que hay baches que tienes que superar con alguna palmadita en las espalda o un abrazo como este que me ha dado la Asociación de Visitadores Médicos de Córdoba.

¿Qué otros galardones ha recibido? Porque ha llegado a estar incluso entre los 50 mejores médicos de España.

Esto es como todo. Yo pienso que valorar si eres el mejor o eres de los que están entre los 50 es difícil. Hay una serie de factores que te dicen que sí, pero seguramente habrá gente muchísimo mejor que yo y que puede estar entre los 10 o los 20 primeros. Esto no son más que las circunstancias. Ser el mejor no son los premios sino el reconocimiento tuyo del día a día, de tus pacientes, de tu entorno y nada más. No hay que estar pendiente de un galardón, simplemente de tu quehacer diario. Si siembras, siempre recogerás.

«Ser el mejor no son los premios, sino el reconocimiento de tus pacientes y de tu entorno diario»

En ese tipo de reconocimientos que decía también destaca. Además colabora con asociaciones.

Una cosa son las asociaciones de pacientes y yo soy defensor de mis pacientes. Es más, el premio Averroes lo quise compartir con todos ellos. Yo soy el director técnico de la Asociación Cordobesa de Pacientes con Artritis Reumatoide (Acoare) y desde hace 17 años dirigimos la labor y el trabajo que esta asociación hace en el día a día para los pacientes que tienen artritis. Esa es una parte importante, de hecho, el mismo día de la entrega del Averroes tuvimos una jornada científica con pacientes en la que se les dio información, se les puso al día de actividades de rehabilitación, de apoyo psicológico y también estuvimos hablando del covid, vacunas... Fue una mañana completa de actividades y de compartir con ellos su situación y sus necesidades. Por otro lado, soy desde hace 20 años presidente de la Asociación de Amigos de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca. Me llegó también por casualidad y desde entonces hemos seguido apoyando y ayudando a los niños que están en la casa familiar de San Francisco de Asís. Con ellos hacemos actividades de todo tipo. Ahora ya las hemos retomado después del covid, con alguna salida. Iremos al belén de chocolate de Rute, intentaremos hacer nuestras migas solidarias de Navidad y, poco a poco, lo que las circunstancias nos vayan permitiendo. Afortunadamente allí no ha llegado el covid y ya tienen puesta la tercera dosis de la vacuna.

¿Qué necesitan a día de hoy los pacientes con artritis?

Yo creo que está todo satisfecho. A parte de los recursos sociales, yo creo que la cobertura sanitaria que tiene nuestro país y nuestras unidades de reumatología están a muy alto nivel.

Usted trabaja tanto en la sanidad pública como en la privada, ¿con cuál se quedaría?

No me quedo con ninguna, me quedo con la medicina. La medicina solo tiene un nombre, se tiene que trabajar con la bata del seguro o con la bata que tú te compras. La medicina hay que hacerla bien, con vocación y con humanidad. Yo quiero a la medicina de la pública y de la privada, hago lo mismo en una que en otra.

¿Qué consejo le daría a las personas que están ahora estudiando el MIR?

Yo solo les diría que estudien mucho, que saquen muy buena nota y que una vez que tengan buena nota que elijan aquello que tengan, pero que no se planteen estudiar con un objetivo. Estoy convencido de que un médico vocacional cuando coge una especialidad se desarrolla integralmente, y es satisfactorio.