¿Es optimista con la nueva normalidad tras pasar lo más duro del covid y por qué?

Siempre bajo responsabilidad y conciencia colectiva, y sin dejar de echar la vista atrás, la fase más dura de la crisis sanitaria ha pasado. La nueva normalidad nos ha traído nuevas oportunidades de negocio y estructura. El compromiso hacia las personas con discapacidad se ha evidenciado y encontramos en Córdoba una especial sensibilidad hacia nuestro colectivo.

Si bien durante la pandemia tuvimos que adaptarnos a las nuevas necesidades, hoy por hoy Fepamic genera, por ejemplo, niveles de empleo similares a 2019. La apuesta decidida por la empleabilidad y la formación, que desde el regreso a la nueva normalidad pusimos en marcha, ha fomentado una participación activa en la sociedad de las personas con discapacidad, permitiéndonos así ser protagonistas de nuestra propia vida.

¿Qué cree que es prioritario para la economía cordobesa en estos momentos?

Una apuesta decidida por la marca Córdoba. Tenemos las características suficientes para liderar proyectos de envergadura. Debemos comenzar a tender puentes de encuentro, ya que geográficamente estamos situados en un punto estratégico de Andalucía como para no aprovechar esta circunstancia. Quizás sea el momento de innovar e impulsar líneas de crecimiento distintas a las ofrecidas hasta este momento. Nuestro colectivo es clave para la consecución de estos objetivos. En Fepamic trabajamos en la formación cualificada para la profesionalización. Esta es la base de la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad a través del empleo.

Asimismo, la economía social se presenta como pieza fundamental en el crecimiento y creación de oportunidades.

¿Qué sectores cree que deben impulsar la recuperación de la economía cordobesa en estos momentos? En el caso de ser empresario, ¿piensa que su sector se verá más rápidamente afectado por la recuperación que otros?

Las personas con discapacidad tradicionalmente hemos sido estereotipadas por cánones que no se ajustan a la realidad. Tener discapacidad no significa estar incapacitado, somos capaces y competentes para dignificar cualquier puesto de trabajo. El Tercer Sector siempre ha ido a remolque y la inercia debemos revertirla. Si queremos impulsar la recuperación de la economía cordobesa, las personas con discapacidad no debemos estar al margen.

Por las características propias de la ciudad, estimular los vínculos con una provincia rica se hace más que necesario. Agricultura, industria, cultura, logística, investigación. Todos ellos son sectores que bien gestionados supondrían situar a Córdoba en la vanguardia empresarial nacional.

¿Qué aspectos le preocupan más de cara a los próximos meses?

Sin duda, la incertidumbre que pueden generar las nuevas restricciones sanitarias. Necesitamos dar pasos firmes y ser responsables a la par que comprometidos. Las personas con discapacidad, por nuestras características, hemos sufrido, en mayor medida, el impacto de la covid-19, cuyos efectos tardarán en revertirse.

En este sentido, no queremos que se nos dé más que a nadie, sino lo que cada uno necesita. Eso es la equidad, y es lo que pedimos a las administraciones públicas y a empresas privadas. En especial, quiero destacar el papel de la mujer con discapacidad, quienes en el ámbito rural presentan una mayor dificultad a la hora de encontrar un puesto de trabajo. Otro aspecto a destacar es la salud mental, mermada por el impacto de la pandemia y la falta de recursos asistenciales que padecemos.