¿Es optimista con la nueva normalidad tras pasar lo más duro del covid y por qué?

Córdoba cuenta con muchos activos, entre los que se encuentra el turismo, fundamentalmente cultural y gastronómico, una agroindustria del máximo nivel cualitativo (hay que recordar que tenemos siete denominaciones de origen) , una Universidad reconocida que cuenta con interesantes grupos de investigación y la enorme oportunidad que supone la próxima instalación de la Base Logística del Ejército de Tierra.

Si potenciamos dichos activos, buscando la excelencia, la diferenciación en la oferta y la innovación, tendremos muchas oportunidades de éxito.

¿Qué cree que es prioritario para la economía cordobesa en estos momentos?

La economía cordobesa, nos guste o no, está íntimamente ligada a la del resto del mundo, precisamente porque somos eminentemente exportadores en materia agroalimentaria, al tiempo que somos un destino turístico de primer nivel, actividad a la que estamos intensamente expuestos. Por tanto, es prioritario que cualquier medida que se tome orientada a frenar los efectos de las distintas olas de covid-19 sea muy mesurada, para no frenar el incipiente repunte económico que estamos viviendo.

En lo económico, las primeras medidas han de ir orientadas a recuperar la confianza: de las instituciones europeas en España para que los fondos de ayuda a la recuperación lleguen cuanto antes; de los ‘países origen’ del turismo español, con campañas de imagen de excelencia que atraigan turistas de calidad; de los inversores, tanto empresarios como capital inversor, para reactivar su actividad pasada y poner en marcha los nuevos proyectos que quedaron paralizados. Finalmente, hay que recuperar la confianza de los consumidores, para reactivar la demanda interna.

¿Qué sectores cree que deben impulsar la recuperación de la economía cordobesa en estos momentos? En el caso de ser empresario, ¿piensa que su sector se verá más rápidamente afectado por la recuperación que otros?

La economía cordobesa está muy expuesta a la agricultura y la agroindustria, así como al turismo y los servicios. Esta exposición extrema, que en principio pudiera significar un riesgo, hay que mirarla en términos de oportunidad buscando ser los mejores; en caso contrario, si no asumimos explotar dichas actividades buscando la excelencia, cualquier inconveniente, por pequeño que sea, provocará una pérdida de ritmo en el crecimiento o, lo que es aún peor, un retroceso en lo conseguido.

¿Qué aspectos le preocupan más de cara a los próximos meses?

Es muy preocupante observar el panorama de crisis global que estamos viviendo, con un desorbitado encarecimiento de los transportes, materias primas, energías, etc. Esta situación nos tiene que hacer reflexionar, no solo a Córdoba sino al conjunto de la Unión Europea y por supuesto a España, sobre qué modelo económico y productivo tenemos y cuál es el que queremos.

Nuestro sistema socioeconómico, al que hemos migrado en las últimas décadas, se muestra insosteniblemente débil; hemos comprobado de primera mano que la deslocalización de actividades productivas estratégicas (como los medicamentos, el material sanitario, la energía, los componentes electrónicos, entre otros) es especialmente peligrosa, y nos pone en una situación de dependencia exterior nada aconsejable.

Creo que deberíamos replantearnos si realmente esta fórmula de deslocalización de nuestra capacidad productiva es realmente segura para nuestro modo de vida.