La trombosis, tercera causa de muerte cardiovascular, después del infarto y el ictus, afecta a entre 1,5 y 3 personas por cada 1.000 habitantes de media en España, lo que en el caso de Córdoba equivale a que se registran entre 1.200 o 2.400 nuevos casos cada año de estos episodios. A pesar de su incidencia y gravedad, la enfermedad tromboembólica era una patología algo desconocida antes de la pandemia, pero que se ha hecho más relevante por su relación con el covid. 

La enfermedad tromboembólica, cuyo día mundial es el 13 de octubre, es además el principal motivo de mortalidad prevenible en el medio hospitalario, ya que puede surgir por un trauma, una cirugía, un problema cardiovascular, por una inmovilización, además de vincularse a la toma de anticonceptivos orales por parte de la mujer y estar asociada al cáncer, apunta la responsable de la Unidad de Enfermedad Tromboembólica del hospital Reina Sofía, la especialista en Medicina Interna Ángeles Blanco.

Esta dolencia se caracteriza por la formación de coágulos de sangre o trombos a nivel venoso y cuenta con diferentes opciones de tratamiento, aunque el objetivo siempre es tratar de prevenir su aparición, resalta esta doctora. Se diagnostica más en personas con los factores de riesgo antes citados, que tengan obesidad o que han sufrido antes esta misma enfermedad.

Explicación a este problema de salud

Blanco expone que, aunque no se han podido realizar estudios aún en el hospital que certifiquen que las trombosis se han disparado por la pandemia, lo que sí es cierto es que el Reina Sofía ha diagnosticado más casos de trombosis durante la crisis sanitaria asociados a dos causas más frecuentes, el covid y el sedentarismo derivado del confinamiento. 

Según Ángeles Blanco, los pacientes que afrontan la infección por covid, tanto en el hospital, aunque sobre todo en casa, deben estar atentos a varios indicios de que pueden sufrir un trombo, como son dolor o inflamación en una pierna, palpitaciones, dolor en el pecho, ahogo o sensación de fatiga.

«Hemos atendido en el Reina Sofía en lo que va de pandemia muchas trombosis, no solo asociadas al covid, sino también al sedentarismo por el confinamiento, sobre todo en personas a las que les cuesta más moverse, como son los mayores, que de la cama van a la silla y al contrario todo el día», destaca esta especialista. 

«Incluso aunque una persona esté recuperándose del covid debe intentar moverse en la medida de sus posibilidades, al menos caminar por el pasillo», resalta. 

Entre los tratamientos que existen para evitar los trombos está la heparina de bajo peso molecular y los anticoagulantes orales clásicos, como el Sintrom, que están subvencionados por la sanidad pública. Sin embargo, otros anticoagulantes de acción directa, que son más caros, pero también más seguros, no están subvencionados por la Seguridad Social, salvo en caso de arritmia cardiaca, pero no para prevenir trombos o embolia de pulmón, precisa esta especialista, que lamenta que esto sea así, «porque hay personas mayores, que son las que con más frecuencia podrían necesitar estos fármacos de acción directa, que no pueden pagar unos 90 euros al mes que cuesta este tratamiento»

Por otro lado, Ángeles Blanco recalca que los casos de trombos que se han asociado a personas vacunadas frente al covid han sido muy escasos en Córdoba y tampoco, excepto en contados pacientes, se podría pensar que guardaran relación con haberse inmunizado, pues lo mismo se les hubiera detectado ese mismo trombo a esas personas si no hubieran recibido la vacuna del covid.  

Curso en el Reina Sofía

La Unidad de Enfermedad Tromboembólica del Reina Sofía ha organizado para el 27 de octubre la 12ª edición del Curso Práctico Multidisciplinar de Profilaxis de la Enfermedad Tromboembólica Venosa en el Paciente Médico, destinado fundamentalmente a médicos residentes de todas las especialidades, pues como indica la doctora Blanco, los trombos pueden ser abordados por muy distintas disciplinas médicas.