A las 10.15 horas de esta mañana, quince minutos después del horario de apertura, el parking del recién estrenado Parque Comercial Los Patios de Azahara estaba prácticamente lleno. Un ir y venir de gente evidenciaba la curiosidad por descubrir este nuevo recinto. En Sprinter, aún andaban colocando mesas y productos gancho a la entrada de la tienda, cuando dentro, los dependientes, no daban abasto para atender a una interesada clientela. Como Mari y Rafi, dos vecinas de Arroyo del Moro que se habían acercado temprano, "aprovechando que a primera hora no hace mucho calor", para conocer de primera mano lo que han visto anunciado a bombo y platillo. "Está muy bien, muy amplio y accesible", explicaba una de ellas cuando su amiga le cortó. "yo creo que para una ciudad pequeña como Córdoba son ya demasiados centros comerciales". A pesar de esa discrepancia, ambas continuaron eligiendo modelo de camisetas "para ir a caminar por las mañanas".

En la zona de bañadores, Mari Carmen, selecciona varios modelos de biquinis. Ella vive cerca, en el Higuerón, por lo que está convencida de que la apertura de Los Patios de Azahara "va a darle vidilla a esta zona". El encargado de la tienda, Alejandro Benítez, se mostraba satisfecho con el arranque de la tienda, "estamos llenos desde primera hora por lo que tenemos buenas expectativas y a eso le sumamos todas las ganas del mundo para que esto marche bien". Justo en el local contiguo, Zappas, también dedicado a ropa y calzado deportivo, se nota también el revuelo de clientes. Teresa, que pasea tranquilamente por los pasillos, confiesa que le parece "ideal" y "muy necesario". Jordi Jansa, encargado de la tienda, explica que "la gente viene a picotear, a ver las tiendas y con las promociones siempre acaban comprando algo".

Los Patios de Azahara ha abierto hoy sus puertas al público con muy buena acogida MANUEL MURILLO

En el otro lado de los aparcamientos, Jysk, está hasta arriba de gente. En la puerta dos empleadas pregonan junto a una ruleta de la suerte un gancho ineludible, "10 euros de regalo seguro". En el interior es difícil moverse. Apartados en una esquina Conchi y su marido Paco intentan decidirse por unos cojines para hamacas, "vivimos cerca y hemos venido a ver qué ofertas tienen y aprovechar para hacerle unos arreglitos a la parcela", contaba casi en secreto la mujer. Unos pasillos más allá, una cola para pasar por caja con decenas de personas que llegaban hasta la parte del final del gran local. "No nos esperábamos tantísima gente en la apertura", confiesa un tanto agobiado uno de los empleados que no da a basto para atender a unos y otros.

La tienda de animales, Kiwoko, estaba bastante más tranquila. "Los dueños de mascotas tienen aquí un sitio magnífico para comprar", señalaba a su paso por la puerta una señora cargada con una bolsa de Jysk camino de Sakito. "Esto es una tienda de chinos gigante", apuntaba Carolina a su amiga Marta, sin saber muy bien por donde empezar a mirar. "Venimos a echar un vistazo pero ya vamos a aprovechar para llevarnos pinturas acrílicas y alguna cosa más".

Se dice que los comienzos nunca fueron fáciles pero si todo marcha como hoy, a este nuevo parque comercial le espera un futuro más que próspero.