¿Proteger el oído o proteger el bolsillo? He ahí la cuestión. La entrada en vigor de las nuevas tarifas de electricidad, que se estrenaron el 1 de junio con sucesivos récords en el precio de la luz, ha llevado a algunos cordobeses a organizarse para poner en marcha electrodomésticos como el lavavajillas o la lavadora de madrugada, para intentar rebajar la factura al máximo. Esta práctica, que coincide con la apertura nocturna de las ventanas, no está provocando hasta el momento quejas en las comunidades de vecinos, según la presidenta de administradores de fincas, Mercedes Romero, que advierte de que «el respeto a las horas de sueño prima en estos casos y que hay obligación legal de no hacer ruido de noche mientras que el ahorro es una opción de la que se puede hacer uso siempre que no provoque molestias».

Llegados a este punto, conviene saber que, salvo que no haya vecinos cerca, poner la lavadora de madrugada incumple la ordenanza municipal contra la emisión de ruidos y vibraciones. Y es que el ruido que produce una lavadora (de 45 y 55 decibelios en el programa de lavado y entre 58 y 70 el de centrifugado) supera el previsto por la ordenanza, que establece que el funcionamiento de electrodomésticos de cualquier clase en el interior de las viviendas, deberá ajustarse para no superar los 30 decibelios de noche (de 23 a 7 horas) y los 35 de día (de 7 a 23 horas). Atendiendo a los números, no sería recomendable poner la lavadora, sea la hora que sea, aunque durante el día, el resto de contaminación acústica camufla el ruido de los aparatos y es más llevadero. Por la noche, la prioridad es el descanso e incumplir la ordenanza puede suponer, previa denuncia y comprobación de la autoridad, multas sucesivas de hasta 300 euros cada una

Por su parte, la nueva tarificación eléctrica fija que el precio más caro de la energía sea de 10 a 14 y de 18 a 22 horas; el precio medio de 8 a 10, de 14 a 18 y de 22 a 0 horas y la tarifa valle, hasta un 95% más barata que la de hora punta, de 0 a 8 horas, además de los fines de semana. El conflicto está servido. Sin una primera factura con la que medir el impacto real de la medida en la cuenta bancaria, muchos han decidido mantener este primer mes sus hábitos de lavado, aprovechando que junio no está siendo demasiado caluroso y el uso del aire acondicionado es menor. Factura en mano y con el verano por delante, todo hace suponer que empezarán a sonar más lavadoras noctámbulas. Habrá que ver qué multa compensa más.