La potencia eléctrica generada por las energías renovables se ha duplicado en la última década en Córdoba, según el último Informe de Infraestructuras Energéticas publicado por la Agencia Andaluza de la Energía. Los últimos datos actualizados exponen que en el 2011 esa potencia era de 452,43 megavatios, cifra que a finales del 2020 ya superaba los 807.

Son las instalaciones fotovoltaicas las que más han contribuido a ese despegue, teniendo en cuenta que hace diez años la energía generada a través de estos paneles era de 181,63 megavatios y a día de hoy ya van por 304,58. El crecimiento de las fotovoltaicas fue lento durante los primeros años de la citada década, pero el despegue vino claramente en el 2019, cuando se pasó de 195,71 vatios a 249,11.

Estos datos colocan a Córdoba como la provincia andaluza que dispone de más potencia fotovoltaica conectada a la red, con 300,70 megavatios en funcionamiento, y 3,88 en sistemas aislados, lo que supone un 11,4% del total instalado en Andalucía.

El sol como fuente de energía es, además, una opción cada vez más presente entre los cordobeses que instalan placas para el autoconsumo. Según la Agencia Andaluza de la Energía, la potencia de consumidores de la red eléctrica que generan su propia electricidad a partir del sol para autoconsumirla y reducir su factura se estima que ha superado ya los 13,9 megavatios.

A niveles más altos también ha aumentado la promoción de grandes centrales fotovoltaicas de entre 10 y 200 megavatios. En cuanto a centrales más pequeñas, de entre 2 y 10 megavatios, la subida ha sido similar. Desde la Junta explican que «en la última década se han estado llevando a cabo instalaciones fotovoltaicas conectadas a red en tejados de edificios, integradas en núcleos urbanos, tanto en edificios públicos como privados, favoreciendo de esta forma la difusión de esta tecnología limpia de generación eléctrica distribuida».

Y si destacada es la posición de las fotovoltaicas dentro de las energías verdes que generan más potencia en Córdoba, tampoco se queda atrás la termosolar, con 299,8 megavatios a finales del 2020. En la provincia hay seis plantas termosolares -tres en Palma del Río (Palma del Río I, Palma del Río II y Soluz Guzmán) y dos en El Carpio (Solacor UNO y Solacor DOS), estas sin almacenamiento, y una sexta en Fuente Palmera (La Africana), que sí dispone de almacenamiento-. Todas se encuentran en la media de producción de 50 megavatios. Córdoba dispone, gracias a esto, de más del 30% de la potencia eléctrica que se genera en plantas termosolares.

Superficie cubierta por completo de placas fotovoltaicas. CÓRDOBA

En cuanto al resto de energías renovables, no tienen un peso tan importante en la provincia. La siguiente en potencia sería la hidroeléctrica, con 118,46 megavatios. A pesar de tener capacidad de crecimiento, el agua nunca será una fuente energética que destaque por la potencia que genera, esto en el caso de Córdoba, y en general de Andalucía. La razón, el clima seco, como el de la provincia, y la demanda de agua para abastecimiento, regadíos y usos agrarios, que siempre será prioritaria frente a los fines energéticos. En Córdoba hay una quincena de centrales donde se genera electricidad con la fuerza del agua, la más destacada, la de la Breña II, en Almodóvar (con 34,10 megavatios) y ya por detrás algunas como la del Cordobilla en Puente Genil, la del Bembézar en Hornachuelos o la de El Arenoso en Montoro.

Con respecto a la generación eléctrica con biomasa, Córdoba es líder en Andalucía, acaparando cerca del 30% de la energía eléctrica que se genera con un combustible que aprovecha al máximo el olivo (desde la poda hasta el orujillo). En la provincia hay ocho instalaciones de biomasa que tienen una potencia instalada de 81,14 megavatios, dato que permanece inalterable desde el 2011.

La última renovable de la lista es el biogás, con una potencia de 3,05 megavatios. La generación de energía eléctrica con biogás se realiza a partir de gas procedente de la degasificación de vertederos y de instalaciones de biogás en las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR). En Córdoba hay una planta de producción de biogás a partir de lodos de depuradora, que no está conectada a la red (la EDAR La Golondrina, en la capital) y una instalación de aprovechamiento de gas de vertedero, en Montalbán.

Por último, el recurso eólico en Córdoba es escaso, lo que hace que en la actualidad no se cuente con parques eólicos en funcionamiento. Aun así, la provincia dispone de 3,14 kilovatios de energía minieólica aislada para la electrificación rural, dedicada, por ejemplo, a viviendas o a bombas de agua.

Comunidades energéticas

El Ministerio para la Transición Ecológica trabaja ya en el modelo de comunidades energéticas, unas entidades formadas por socios, que pueden ser desde vecinos hasta pymes, y que trabajan en conjunto para obtener energía. Andalucía, en este sentido, tiene un potencial importante que podría contribuir, además, al desarrollo de las zonas rurales, especialmente de aquellas que empiezan a despoblarse o lo están ya. Así lo resalta el catedrático del área de Electrónica de la Universidad de Córdoba (UCO) Antonio Moreno, que explica que estas comunidades permiten compartir o vender excedentes de energía cuando exista superávit. 

Moreno detalla que el momento actual es el idóneo para impulsar este tipo de comunidades, que en Alemania, por ejemplo, empiezan a estar cada vez más presentes. La clave, resalta el catedrático, está ahora en la «agregación» energética o en el concepto de «agregador», un nuevo agente dentro del mercado eléctrico que se ocupa, por ejemplo, de gestionar los excedentes de energía que existan.

Las claves para formar una comunidad energética se resumen en que sea una entidad jurídica (puede ser incluso un ayuntamiento) y que el beneficio resida en proporcionar beneficios medioambientales, económicos o sociales a sus socios, pero no ganancias financieras. Esto último deja fuera, precisamente, a las empresas del sector energético.

Lo que distingue a una comunidad energética de una empresa tradicional es esa preocupación por la comunidad, que la participación es voluntaria y abierta y que se establece una gobernanza democrática sobre los recursos.


La producción de pélets se dispara hasta un 350%

El Informe de Infraestructuras Energéticas de la Agencia Andaluza de la Energía resalta la potente capacidad de producción de pélets que hay en la provincia de Córdoba, una producción que en los últimos diez años se ha disparado un 350%. Los pélets son un combustible ecológico, de gran poder calorífico y que genera pocas emisiones de dióxido de carbono. Se fabrican juntando restos de serrín y madera y suelen producirse en forma cilíndrica.

En el caso de Andalucía, para fabricar los pélets se utilizan restos de la industria forestal y de la poda del olivo. La capacidad instalada para la fabricación de péletes en Andalucía es de 50,49 ktep (una unidad cuyo valor equivale a la energía que rinde una tonelada de petróleo). En Córdoba, en el 2011, la capacidad de producción era de 6,4 ktep al año, en el 2020 ya se había llegado a 28,8.

Córdoba fue la primera provincia en contar con una fábrica de pélets en Andalucía y ahora cuenta con tres: en Alcolea (la más productiva), Lucena y Villanueva del Rey. Esto hace que la provincia acapare el 48% de la fabricación en la comunidad