Varias llamadas saltan, desde Sevilla y otros puntos de Andalucía, en los teléfonos del Tryp Córdoba Hotel. «¿Podemos ir a ver Los Patios?», preguntan al otro lado. Pero nadie allí tiene la respuesta. Solo la confianza, la esperanza y la cautela para abrir esta semana y ofrecer habitaciones de cara a un mayo, quizás, desconocido.
El antiguo hotel Los Gallos pone fin a la sucesión de aperturas pospuestas que ha marcado el último año, con el objetivo puesto en un turismo de ocio ausente. En la confluencia de esta corriente con la única que mantiene su fluidez se encuentra la clave para aguantar, con un «mínimo de ocupación», las puertas abiertas. El cliente corporativo y deportivo sigue ahí. Pero, como explica la directora del establecimiento, Ana Bouzas, mayo y una mayor movilidad atraería a los clientes que faltan.
Con optimismo, espera una «ocupación buena relativamente dentro de las circunstancias» en la primera quincena del mes, con unos precios medios que no son los que quisieran. Para ello, confía en la fiesta de Los Patios. «Nos afectaría positivamente», aunque de momento el porcentaje es bajo. En parte porque la apertura ha sido reciente. Bouzas espera que las ocupaciones vayan confirmándose durante la semana entrante. Sin olvidar que «a día de hoy las reservas entran con menos de 24 horas de antelación». Y es que la pandemia, sin duda, ha modificado las costumbres del turista. Con todo ello, la directora insiste. Si abre no es para cerrar al día siguiente. «Quiero ser optimista».
Lo que está por venir
Los Patios podrían convertirse en un «punto de influencia», que «cambiaría la tendencia negativa a positiva y repercutiría en las reservas». Según José Pallarés, responsable del Ayre Hotel Córdoba, la fiesta «desde luego» supone un impulso «históricamente» para las ocupaciones hoteleras de la ciudad. Eso dependerá, en gran medida, de la movilidad por la que se rija la provincia durante ese momento.
Si una apertura interprovincial resulta «clave», la libertad de entrada y salida a las comunidades autónomas se torna «ideal». Porque, como cuenta Pallarés, no son pocos los visitantes que llegan de Madrid, Málaga o Sevilla. Cierto es que, de momento, «las previsiones de mayo son malas». Pero el 15% de reservas que el responsable del hotel estima podría transformarse en un 25% o, en el mejor de los casos, un 30% en las últimas 48 horas previas.
De confirmarse el esperado influjo de la fiesta en la afluencia de turistas, el Ayre Hotel de la capital abriría sus puertas de lunes a domingo, lo que requeriría una incorporación de trabajadores para satisfacer los servicios demandados. Actualmente permanece abierto de jueves a domingo, con una demanda especialmente deportiva (torneos de golf, equipos de baloncesto y fútbol sala o jugadores de pádel) y una llamada continua al público local y al turismo familiar, como motores del día a día. Y han visto los frutos de ese trabajo. Como señala Pallarés, el establecimiento, arropado por Sierra Morena, ha tenido la suerte de ofrecer servicios y productos capaces de atraer a los cordobeses, como su restaurante o las actividades de turismo activo.
A orillas del mes de mayo, las expectativas de tomar impulso planean en el horizonte más cercano. Lejos de esperar un periodo estival a la baja, el responsable hotelero augura un verano «muy positivo». Y confía en que para la próxima primavera -la que arranca en septiembre-, la vacunación sitúe a España a la altura de Israel o Reino Unido. De esa forma, comenzaría a partir hacia la normalidad. Sea como sea, los tiempos que están por delante parecen más positivos que los vividos. O, al menos, así lo ve Pallarés.
