El general del Ejército de Tierra y secretario general de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares, José Carlos de la Fuente Chacón, halla en el desarrollo tecnológico la virtud humana, la vida y el impulso social. Defensor de la relación del ejército con universidad y empresa, expuso en la jornada de UCOseguridad -celebrada este jueves- la evolución de sus frutos: la tecnología

¿Qué es la tecnología dual? 

En el fondo se habla muy bien de tecnología, de la importancia que tiene. Otra cosa es hacer distinciones. ¿Cuándo han existido las distinciones? Pues siguen existiendo entre la tecnología que se hace para Defensa y para el mundo civil. Pero es una falsa realidad. 

En referencia a ese tipo de tecnologías, tienen un impacto notorio en la vida de la población, ¿no?

La tecnología tiene importancia en sí misma, desde el principio. El homo sapiens es el más débil de todos los homínidos, pero es el único que ha sobrevivido. Algo tiene. Tenemos una capacidad que es la de investigar, de innovar y de cubrir nuestras necesidades. El ser humano ha utilizado la tecnología para ayudarse, para completarse, para vestirse y para sobrevivir. O para vivir. 

En principio se usan para Defensa, pero luego tienen una función muy útil en el día a día.

Una muy desconocida son las zapatillas de andar por casa. Los soldados iban con unas botas muy complejas y, cuando estaban húmedas, por la noche, para meterse en el jergón tenían que quitarse eso. Después, a media noche, tenían que hacer necesidades en el campo y no se podía volver a poner todo eso y se enfriaba. Entonces, alguien inventa algo que sea fácil de poner. Estando en un combate en medio del campo, donde uno lleva lo preciso, había que inventar algo. Y lo inventaron. O las chichoneras. Los carristas se destrozaban la cabeza, los vehículos cada vez tienen más velocidad y se hacían daño los conductores, los paracaidistas se pegaban unas de aquí te espero. ¿Cómo era posible proteger la cabeza? Pues primero con una chichonera, después con espuma. Siempre hay una necesidad, pero no es cierto que eso esté ocurriendo ahora. 

¿No está ocurriendo?

No, ocurre a veces que la investigación militar lleva a algo que se positiviza en el mundo civil. Pero ahora mismo la demanda y la inversión en I+D que se está haciendo es enorme y mucha de ella no se hace dentro del mundo de la defensa. Porque las propias empresas tienen unos grandes intereses. Ahora, a veces, son empresas muy poderosas las que nos ofrecen a los ejércitos hacer uso de su tecnología. Después la tenemos que vestir de militar.

¿Es el caso de los drones?

Ese es un caso genial. Sí, la primera necesidad fue militar, pero el desarrollo posterior de los drones en la industria y en las propias universidades nos está haciendo que nos acerquemos a las universidades para poner en marcha proyectos vestidos de militar. 

¿El apoyo de la universidad resulta tan importante?

Fundamental. Hace tiempo hicimos un grupo sobre nuevas tecnologías del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Ceseden) y escribimos un documento sobre esa hélice de tres lóbulos: industria, universidad y Fuerzas Armadas.