Pedro López Castillejo hace un llamamiento a la prudencia para no retroceder en lo avanzado contra la pandemia.

Hace un año se declaró el estado de alarma. ¿Qué cree que se ha hecho bien y qué se debería haber evitado?

Con relación a lo que compete al Real Círculo de la Amistad, he de decir que la satisfacción es plena. Hemos dado, en todo momento y desde el inicio de la crisis, una respuesta rápida y completa, adoptando todas las medidas de prevención y control necesarias, tanto hacia nuestros trabajadores, como hacia nuestros socios y visitantes. Pienso que la seguridad ha sido y sigue siendo una norma básica para toda la familia del Círculo. La respuesta de la población en general, salvo pequeños incidentes, fue extraordinaria en todo momento. Todos hemos sido conscientes de la gravedad de la situación y hemos seguido las normas de forma determinante, a pesar de que, en muchos momentos, el desconocimiento, la precipitación de acontecimientos, los cambios de criterios de las autoridades competentes nos pudieran haber hecho dudar. Toda esta crisis ha sido un jarro de agua fría y con el esfuerzo de todos saldremos adelante.

¿Qué considera prioritario en esta nueva etapa en la que nos encontramos?

Hoy, más que nunca, debemos intentar dejar a un lado nuestros intereses personales y esforzarnos por colaborar de forma activa por el interés común. Todos juntos hemos de salir de esta situación y, además, salir, si cabe, reforzados.

¿Se muestra optimista con una pronta recuperación de la economía de Córdoba?

Por supuesto que soy optimista. Ha sido un año de aprendizaje en diversas materias. Todo ello, unido a las mejoras en el ámbito médico y la vacunación de la población, nos llevará a una recuperación que, si bien será progresiva, también será imparable. No por ello podemos pensar que ya somos totalmente inmunes. Somos frágiles y debemos continuar alerta y con toda la prudencia necesaria para no volver a caer o retroceder en lo ya avanzado.

¿Cuál ha sido para usted la mayor enseñanza de esta situación?

Sin duda, nuestro carácter solidario y el valor de la cooperación global. Todos necesitamos de todos. El reto que se avecina es crear una sociedad global colaborativa y cooperativa, sin dejar de lado una importante inversión en salud pública y en investigación científica que, como se ha demostrado, ha sido imprescindible para afrontar situaciones de la dimensión de esta pandemia.