A las 10.00 de la mañana de este viernes de Dolores, la Mezquita-Catedral de Córdoba, el primer monumento de la ciudad, ha reabierto sus puertas, que cerraron el pasado 19 de enero, en plena tercera ola de la pandemia. El Cabildo Catedral de Córdoba, a pesar del cierre perimetral al que se encuentra circunscrita la provincia, ha decidido reabrir para las visitas turísticas la Mezquita-Catedral durante la Semana Santa, "con el objetivo de ofrecer a todos los cordobeses la posibilidad de disfrutar del casco histórico de su ciudad y de ayudar", en la medida de sus posibilidades, "a la reactivación del comercio y la hostelería de la zona de la judería".

El monumento estaba cerrado para el turismo, aunque no para el culto, desde el pasado 19 de enero, y su acceso, según ha informado el Cabildo, "será gratuito" para los cordobeses nacidos o residentes en la provincia, previa retirada de su invitación. Para el resto de visitantes, "la adquisición de la entrada se realizará únicamente a través de la web 'https://tickets.mezquita-catedraldecordoba.es/es' y mediante las máquinas expendedoras automáticas situadas en el Patio de los Naranjos.

Desde que comenzara la pandemia, la Mezquita-Catedral ha ido abriendo y cerrando intermitentemente, según las circunstancias sanitarias y las medidas restrictivas adoptadas por la Consejería de Salud y Familias. En el 2020 prácticamente solo abrió unos pocos meses. El día 13 de marzo, antes de que el Gobierno decretase el primer estado de alarma, el Cabildo optó por cerrar la Mezquita-Catedral a las visitas como medida preventiva ante el avance del coronavirus. Era un hecho histórico que no se producía desde el 29 de junio de 1236. El cierre duró más de dos meses y medio, hasta el 25 de mayo, día en el que el monumento reabrió coincidiendo con el inicio de la fase dos de la desescalada y con limitaciones de aforo. Después, reabrió y cerró de nuevo en noviembre. Y este año, solo ha estado abierto hasta el 18 de enero.

Además de todas las medidas sanitarias vigentes, se han establecido distintas franjas horarias de visita para evitar las aglomeraciones y las limitaciones de aforo indicadas por las autoridades sanitarias. En cualquier caso, el Cabildo ruega a todos los visitantes responsabilidad, y que extremen las precauciones de distanciamiento social, uso de mascarilla obligatoria y gel hidroalcohólico.

Visitas de dentro y fuera

Entrar a la Mezquita-Catedral ayer y pasear entre su imponente bosque de columnas, casi a solas, te hacía olvidar por un momento la pandemia, ese virus que parecía quedarse fuera del principal monumento de la ciudad. Muchos lo pensaron así y, nada más reabrir sus puertas, tras más de dos meses cerrado de nuevo por la tercera ola de la pandemia, el flujo de visitantes no paró de entrar en el templo. Algunos, como Paz y Manuel, una pareja de Córdoba, decidían empezar el Viernes de Dolores con la visita a la Mezquita-Catedral. «Como no podemos ir a ningún sitio de vacaciones, qué mejor que un día de tanto arraigo como hoy que empezar disfrutando de lo que tenemos», decían. Pero también sorprendía ver a una pareja de Suiza o a otra de EEUU, Jaqueline y Nicolás, que reconocían que «la ciudad está un poco apagada pero a la vez es muy interesante poder verla sin turistas». De Madrid, Almería y Sevilla se juntaban cuatro amigos jóvenes para visitar Córdoba y, como no, la Mezquita, «que no sabíamos que había estado cerrada».

Repercusión en la Judería

La apertura del monumento es también fundamental para animar el comercio y la restauración de la Judería, que espera ansiosa la llegada de visitantes, aunque sean de la provincia.

Laura Roda, presidenta de la asociación de La Judería, veía ayer como algo «positivo» esta reapertura de la Mezquita, porque «habrá más movimiento, más fluir de gente», al menos, «que vengan de los pueblos». Roda señalaba que de 274 negocios, solo abren 31 los fines de semana, «y muchos lo hacen para que no se vea esto tan desértico». Según dijo, "el sector ha caído un 83% en la zona de la Judería y eso va a ser difícil de superar a priori".

Una que ha abierto siempre su negocio es Artesanía Al Andalus, cerca de la plaza Judá Leví, «para no pensar en nuestras casas», decía Celia, aunque no vendan apenas nada porque su oferta es de souvenirs y artesanía y su potencial clientela son los turistas, que no hay.