- Hace un año, se declaró el estado de alarma. ¿Qué cree que se ha hecho bien y que se debería haber evitado?

- Se han hecho muchas cosas bien, bastantes más de las que percibimos y vemos, porque las han hecho personas, profesionales, empresas, organizaciones, que han reaccionado lo mejor que han sabido y podido con sus recursos y capacidades. Se debería haber evitado la descoordinación entre las administraciones y el exceso de improvisación. Habría que haber planificado y tener estrategias claras de medio y largo plazo, porque conforme fue avanzando el año se fue viendo que esto no se iba a resolver de un día para otro.

- ¿Qué considera prioritario en esta nueva etapa en la que nos encontramos?

- Resolver el problema de las vacunaciones y tratar de equipararnos a la velocidad del Reino Unido y Estados Unidos. Y después, agilizar lo máximo posible los programas de fondos europeos y especialmente el Next Generation. Hay que reactivar la economía lo antes posible porque la inercia de ponerla en marcha es similar a la de haberla detenido. Esto no se hace en dos días. Además, hay que tener en cuenta que esa reactivación tiene que venir de la mano de los cambios tecnológicos y sostenibles de los nuevos modelos productivos. Tenemos que prever el futuro y este pasa por la tecnología y las energías limpias.

- ¿Se muestra optimista con una pronta recuperación de la economía de Córdoba? ¿Por qué?

- Sí, hay motivos para ello con los nuevos proyectos en marcha, como, por ejemplo, el de la base logística. Como decía antes, los modelos productivos van a cambiar, las formas de trabajo van a cambiar, la digitalización y la sostenibilidad son transversales, y este proyecto puede ayudar a abrir esa alternativa en el modelo económico cordobés. Una alternativa que complementa y mejora los sectores tradicionales. Si sabemos aprovechar esta gran oportunidad, Córdoba dará un salto impensable hace unos meses. De cualquier manera, hay mucho trabajo por hacer y a lo largo de mucho tiempo. Esto no es un proceso fácil y tenemos que procurar que beneficie a Córdoba, a sus empresas, trabajadores y a toda la sociedad.

- ¿Cuál ha sido para usted la mayor enseñanza de esta situación?

- La vulnerabilidad humana, la necesidad de estar alerta ante lo imprevisible, porque hasta lo más extraño puede convertirse en realidad, como estamos viendo. Y también el valor de las personas ante la adversidad, un valor más importante que nunca.