Toni Valero (Madrid, 1981) espera revalidar este año su cargo al frente de IU en Andalucía, puesto al que accedió tras la marcha de Antonio Maíllo de la política por motivos de salud. Además, pilotará en Andalucía un nuevo artefacto de la confluencia con la formación morada bajo el paraguas de Unidas Podemos, después del naufragio de Adelante y del divorcio salvaje con Teresa Rodríguez.

-Izquierda Unida está inmersa en un proceso para la elección de una nueva dirección nacional y usted mismo aspira a revalidar su cargo como coordinador regional. ¿Hacia dónde debe ir la coalición? ¿Qué ha cambiado el covid en la forma de hacer política?

Estamos celebrando la asamblea federal, cinco años después de la anterior, donde España ha cambiado una barbaridad. IU tiene que estar a la altura de los cambios políticos que está experimentando el país, en una encrucijada autoritaria con políticas neoliberales que han ido en contra de la mayoría social y se ha sustentado en un bipartidismo, con una vuelta de tuerca de la ultraderecha, o, por contra, recoger los aspectos sociales de la Constitución del 78 y avanzar sobre ellos para construir un nuevo país, donde los servicios públicos, el empleo de calidad y un nuevo modelo productivo sean el camino.

-Prometen mantener «la llama de la lucha y el hilo rojo de la historia» en momentos en los que gran parte de la derecha ha rescatado como insulto el adjetivo «comunista» y se enfrentan a unas elecciones en Madrid con la dicotomía «comunismo o libertad».

Sí, la ultraderecha demuestra un absoluto desconocimiento de la historia, que no es nada nuevo, porque el comunismo en España ha sido una de las cosas más dignas y honrosas que el pueblo español ha puesto encima de la mesa. El comunismo en España ha sido la lucha de tantos y tantas trabajadoras, personas sencillas y humildes frente a una dictadura y después de ella por garantizar una vida digna a las capas populares. La dicotomía en la que nos movemos ahora es básicamente entre democracia plena, con derechos sociales y una mayoría social en primer orden, o volcarnos en los intereses de los fondos de inversiones y los fondos buitre. En esa dicotomía deberíamos ver dónde se sitúa cada uno, porque la derecha y la ultraderecha cuentan con bastante presencia en esos fondos y actúan como manijeros de los intereses de unos pocos que ni siquiera están radicados en España. Los otros, que denostan como comunistas, que somos el hilo rojo, estamos en ese cambio de modelo productivo y a favor de la mayoría social. Aunque puedan resultar ridículos esos eslóganes que lanza la ultraderecha hay que tomárselo muy en serio y hay que tomarse en serio esa involución antidemocrática y esa batalla cultural que empezó en EEUU. Todos los demócratas, se sientan más o menos vinculados con el comunismo, el socialismo o la socialdemocracia, tenemos que tomarnos muy en serio lo que tenemos delante.

-Con Cs en descomposición, ¿le preocupa que el PP termine teniendo de socio a Vox en más territorios?

Sí, temo profundamente porque la derecha en España, a diferencia de la derecha europea, no tiene una raíz antifascista, como tiene la derecha gaullista en Francia o la Democracia Cristiana en Alemania. Es un problema que en España no tengamos una derecha fuerte antifascista, porque cuando vienen estos vientos vemos que son fácilmente arrastrados a posiciones de ultraderecha. Eso va más allá de si Cs se descompone o no. La descomposición de Cs puede acelerar ese proceso de mímesis entre la derecha y la ultraderecha, pero creo que la naturaleza del cambio no está en Cs porque ellos también estaban en esa inercia. La fuerza centrípeta de la ultraderecha estaba arrastrándolos también. La cuestión de fondo es: ¿hay una derecha democrática en nuestro país antifascista? La hay, pero con una fuerza limitada, en el PNV y sectores no hegemónicos del PP. Eso es lo que me preocupa.

-La situación de Cs y Podemos ha hecho aventurar a algunos la vuelta en España del bipartidismo. ¿En qué situación queda IU en este panorama político cada vez más incierto?

Sin lugar a dudas hay un intento. El régimen necesita al bipartidismo, para eso también se inventa Cs, para que sea bisagra del bipartidismo y lo pueda sustentar. Pero en una crisis sistémica como esta, la vuelta del bipartidismo necesitaría mucho más que chapa y pintura, pero en ello están. Es cierto que el PP pudiera recuperarse algo con la descomposición de Cs, es cierto que el PSOE jugó en las últimas elecciones un papel hegemónico, pero me parece que la sociedad ha cambiado y que no apostaría en términos electorales de nuevo por el bipartidismo fruto de un régimen que ya colapsó.

"En Madrid nos jugamos una salida autoritaria o una salida democrática de la mayoría social"

-¿La convivencia con Podemos debe ser solo electoral o hay que avanzar más?

Creo que el pueblo nos demanda que avancemos, que tengamos trincheras fuertes en lo electoral pero también en lo social y en lo político. Eso exige a IU, Podemos y a otras fuerzas que están en la constelación de Unidas Podemos (UP) pensar en grande y transitar caminos de acción política unitaria para que sean los que vayan predominando, luego la historia dirá quiénes somos.

-Ha valorado como gesto de «generosidad» la salida de Pablo Iglesias del Gobierno para participar en las elecciones de Madrid. ¿Qué futuro le augura al candidato?

Desde el día en que dio la noticia saltaban encuestas en las que el impacto era muy beneficioso para UP. Su decisión es generosa y valiente, y contrasta con la dejadez del PSOE, que parece que no le importa que sus electores vuelvan a perder las elecciones. Pablo Iglesias es consciente de que no se puede abandonar Madrid a la derecha. Lo que nos estamos jugando en las elecciones de Madrid no solo es la comunidad de Madrid, es esa salida autoritaria o esa salida democrática en favor de la mayoría social. Todo va a pivotar en los resultados de Madrid, por eso es importante que UP tenga buenos resultados. La decisión de Pablo está a la altura del momento histórico y me parece que va a salir muy bien, va a esperanzar y movilizar. El gran problema que tiene la izquierda en Madrid y fuera es la abstención y, contra eso, la receta de Pablo Iglesias es la mejor.

-La marcha de Iglesias ha dado paso a su compañera Yolanda Díaz en el Gobierno. ¿Destensará la salida de Iglesias la presión ejercida hacia Unidas Podemos?

La va a destensar sobre Pablo Iglesias y me alegro por él en términos personales por el quinario que lleva, con manifestantes de ultraderecha todos los días a la puerta de su casa. Lo que no sé es si descenderá la presión sobre Yolanda o sobre UP. Es cierto que a Yolanda le tienen que preparar el terreno para situarla como enemigo público número 1 y eso no se hace de un día para otro. Pero hemos visto cómo se ha hecho antes, por ejemplo con Julio Anguita, y no van a permitir que haya una dirigente de UP que pueda presentarse ante la sociedad sin el marchamo de la anti-España o lo que sea. Habrá operadores mediáticos y políticos que se pondrán a trabajar a eso. Otra cosa es que le salga bien, porque la gente no es tonta y lo está pasando mal. A lo mejor va a ser la candidata, y ahí tendrán que ponerse una tirita porque si no la denigran de aquí a la campaña la próxima encuesta que hagan cuando pongan a Yolanda en vez de a Pablo a lo mejor en la valoración de líderes aparece por encima y se asustan.

Toni Valero, coordinador de Izquierda Unida Andalucía FRANCISCO GONZÁLEZ

-Llaman ahora de nuevo a la unidad de la izquierda bajo la marca Unidas Podemos por Andalucía. ¿Qué ha cambiado para que el elector crea que ahora sí puede funcionar la confluencia?

Lo que no ha cambiado y es importante para que funcione son los problemas de la gente. Siguen ahí y necesitan una respuesta en favor del mundo del trabajo, de los servicios públicos, de los pequeños y medianos agricultores frente a los fondos de inversión que se están haciendo con todo. Eso es lo que representan IU y Podemos y lo que desde UP por Andalucía ponemos encima de la mesa para cambiar. La propuesta es seductora, atractiva y lo que hay que hacer es darla a conocer entre el ruido de la política fungible de titular de un día y sainete, hay que llevar las soluciones con mayúsculas y tejer alianzas. Eso es lo que el pueblo está esperando.

-¿Quién tiene la culpa de que vivamos instalados en la política del titular de un día?

El rédito electoral de fuerzas políticas que en ese clima se mueven mejor. Por ejemplo, como se mueve el consejero de Presidencia, Bendodo, entre esa política tóxica, a veces de fake news que genera un clima que aleja a la mayoría social de la política, donde la propuesta no se discute y, por tanto, sale ganando quien no la tiene. El perjudicado es el trabajador, porque en ese clima sus problemas no forman parte del debate político. Las fuerzas que estamos en la propuesta nos vemos muy impedidas en ese marco.

-En un momento de auge de Vox, con la derecha gobernando en Andalucía, ¿es sensato dejar fuera de la coalición a colectivos que aglutinan los Anticapitalistas?

No es sensato que UP por Andalucía no esté abierto a todos los que compartan un programa de transformación para Andalucía. Ni desde IU ni desde Podemos han salido mensajes que planteen ningún perímetro cerrado. Cuestión diferente es lo que otros actores, legítimamente quieran hacer. Nosotros no ponemos perímetro al espacio, debe ser un espacio de lucha para todos los que compartamos un programa de cambio.

-¿Cree sinceramente que la ciudadanía ha entendido lo ocurrido con Adelante Andalucía?

Ha habido tanto ruido, mensaje confuso y mentira, que no. Entre otras cosas, creo que el electorado, cuando se dan estos problemas, cambia de canal. No es grato el debate ni siquiera para una persona que esté comprometida. Es probable que no se haya acabado de entender. Yo lo lamento y he pedido perdón sin ser nosotros responsables de lo acontecido. Lo pedimos por los que lo tenían que haber hecho y no lo han hecho, porque ni nuestros electores ni la ciudadanía progresista se merecían lo que ha ocurrido, ojalá que quienes lo promovieron reconocieran el daño causado, no ya a nosotros sino al electorado.

"Con Teresa Rodríguez no hay puentes volados, es que no los hay y no se quieren levantar"

-¿Están volados todos los puentes con Teresa Rodríguez?

No están volados, es que ahora mismo no hay puente y no se quieren levantar por lo que veo. Las declaraciones de Teresa están siendo ahora mismo muy contundentes, no hay oportunidad que se le escape para recordar que con nosotros no quiere ir a ningún lado.

-¿Por qué es urgente reformar el Reglamento del Parlamento andaluz para adaptarlo al Pacto Antitransfuguista?

Si miramos un poquito lo que está pasando en nuestro país con tránsfugas volando de un sitio a otro, descomponiendo las voluntades populares porque estamos viendo cómo la gente vota una cosa y luego resulta que su voto se lo queda un diputado que hace con él lo que quiere saltándose la disciplina del partido y dinamitando el compromiso del votante sobre una fuerza política. Estamos viendo la vergüenza de lo que está pasando en Murcia, de esa OPA del PP a Cs, el daño que hacen los tránsfugas a la política, a la confianza de los electores, a la propia democracia... Si con estos ejemplos execrables no entendemos que hay que adecuar los parlamentos autonómicos a lo que ya existe en la administración local y que las instituciones tienen que estar a la altura del deterioro democrático para que este deje de crecer. Si para eso tiene que adecuar su normativa, que lo haga inspirándose en lo que ya funciona en la administración local.

-Teresa Rodríguez dice que ustedes corren porque se juegan mucho dinero y el resto de partidos, porque los odian.

El transfuguismo es corrupción, lo dicen la ley y el sentido común. De un tránsfuga lo que se debe esperar es que pidan perdón e intenten rectificar el daño causado. Porque si no, no solo se deteriora a las fuerzas políticas sino también los principios democráticos que se dicen defender. Están en juego las dos cosas.

-Usted dijo que «Adelante Andalucía, o era de todos o no era de nadie» y la sentencia va camino de cumplirse. ¿Cómo cree que ha afectado el conflicto a la propia Teresa Rodríguez?

Creo que el conflicto tiene un coste y el discurso tóxico no está bien visto por los electores. En la medida en que cada cual haya ido acompañado de discurso tóxico y de conflicto, en el saldo final se va a notar.

-No han dicho quién liderará UP Andalucía en las autonómicas del 2022. ¿Usted tiene interés en hacerlo? ¿Y Martina Velarde?

Tenemos formidables figuras para encabezar cualquier convocatoria, estamos tranquilos. Somos fuerzas políticas que han experimentado importantes procesos de renovación y tenemos muchos cuadros que en cualquier nivel nos permitiría presentar muy buenas candidaturas, pero es cierto que ahora nos preocupa la crisis económica provocada por la pandemia y la pandemia misma. Cuando lleguemos a ese río cruzaremos ese puente. No queremos hablar cuando no hay elecciones de otra cosa que no sean los problemas de la gente.

"La relación con el PSOE será la que devenga de las coincidencias en la propuesta política"

-¿Cuál será la relación de UP por Andalucía con el PSOE-A?

Será la que devenga de las coincidencias en la propuesta política. Como hemos visto tantos psoes en Andalucía vamos a ver con cuál nos encontramos: en esta legislatura nos hemos encontrado con un PSOE que coincidía con nosotros en iniciativas, pero hace una legislatura estábamos en la trinchera de enfrente porque estaba haciendo bajadas masivas de impuestos a las grandes fortunas. Nosotros vamos a estar siempre en el mismo sitio: en la defensa de los servicios públicos y del autogobierno andaluz.

-Como candidato, qué le gusta más: Susana Díaz, Juan Espadas...

No valoro a candidatos que, que yo sepa, todavía no han sido nominados. No me meto ahí.

-Antes se me olvidó preguntarle por el proceso orgánico de IU en Andalucía, donde usted vuelve a presentarse como coordinador.

Celebraremos la asamblea cuando toque, tanto yo como el resto tenemos que estar a disposición de lo que nos pida el colectivo para lo que sea: que puede ser una tarea más o menos pública, más o menos grata, pero no estamos para anteponer nuestra aspiración personal ni nuestros miedos.

-Por dios, qué disciplinado.

Vengo de las juves (Juventudes Comunistas), tiene que ser así.

-Hombre, pero tendrá su gusto particular más por la cosa interna o la pública.

Mis gustos particulares no van por la política. Entiéndame, lo son en la medida en que afectan a mi vida íntima y privada que me digan mis compañeros que soy responsable de organización o candidato en el Ayuntamiento de Atarfe. En mi plano político estoy en plena sintonía con el debate colectivo, y ahí nos repartimos los papeles. Mis decisiones en IU siempre han sido decisiones colectivas. Es el mejor método.

-¿Echa de menos su vida de antes como profesor?

Mucho. La echo de menos, pero creo que es el momento de estar dando la batalla. Hace poco lo hablaba con Antonio Maíllo, lo preocupado que estaba con lo que se está encontrando en el instituto y con las ideas que manejan los chavales. Así estaba yo hace dos años, estás viendo que es el embudo social por el que se cuelan todos los debates, los cambios sociales empiezan a aparecer en los chavales de 11 a 16 años. Desde la profesión de docente puedes ayudar mucho a construir ciudadanía democrática, pero te das cuenta de que la batalla hay que jugarla también en otros planos.