Más vale pájaro en mano que tránsfuga volando. De una semana a esta parte, España se ha pasado por Murcia el Pacto Antitransfuguismo que, sin ir más lejos, con tanto celo y dificultad jurídica adapta estos días el Parlamento andaluz para dar acomodo (o más bien todo lo contrario) a la ex de Adelante Andalucía Teresa Rodríguez y sus Anticapitalistas, que así dicho, parecen una banda de mariachis.

En el Ayuntamiento de Córdoba se celebró con globos y mediasnoches la llegada de la nueva concejala María Luisa Gómez Calero, exgerente del Imdeco, enfrentada a Manuel Torrejimeno en los juzgados y con quien tiene pendiente una comisión de investigación en Capitulares que promete ser todo un festival del cante alternativo o del cante jondo, según se mire.

La número 6 de Ciudadanos (que tomará el acta en sustitución de la dimitida Eva Timoteo, sufridora en casa como los del Un, dos, tres y que debe estar pasándoselo pipa en la paz de su hogar) entrará en este grupo municipal, a pesar de que fue expulsada del partido naranja hace meses por su pelea con Torrejimeno. Lo hará, para sortear cualquier obstáculo legal y porque la política obra milagros que ni la Virgen de Fátima en Cova de Iria, en calidad de «independiente». Argumentan los populares --aquí Cs ha dicho poco; la apertura de gambito es del PP-- que así están en sus filas Blanca Torrent y Bernardo Jordano, y replica la oposición que, hombre, igual, igual, no.

La oposición, digámoslo ya, está que trina con el desembarco de Gómez en el mismísimo seno del gobierno municipal, ya que ellos daban por hecho que, de entrar en Capitulares (había apuestas y las hemos perdido todas), lo haría en el grupo de los no adscritos y no en el grupo al que se enfrentó y en el que está la persona a la que acusó de obligarla a prevaricar y otras lindezas variadas. Que se sepa, PSOE, Izquierda Unida, Podemos y Vox han estado en contacto este tiempo con la exgerente, acariciaban la posibilidad de debilitar al gobierno si ella entraba en los no adscritos y ahora se sienten traicionados con su decisión final. Normal, digo yo.

La muestra más elocuente de esa situación fue la calurosa bienvenida que le ofreció el portavoz municipal de IU, Pedro García, a María Luisa Gómez entre la escalera y la primera planta del edificio capitular. El cuerpo diplomático, desde luego, no lo contrata, pero la cosa debió quedarle muy clara a la nueva edil porque las palabras que pudieron oírse con toda claridad no dejaban lugar a dudas. «Me has decepcionado a mí y a mi grupo, en lo personal para lo que necesites nos tienes, pero en lo político no tenemos nada de lo que hablar», le espetó indignado. Bienvenida Miss Gómez, esto es la jungla. Poco después se encontró con Cristina Pedrajas (Podemos) que le dijo lo mismo que García pero un poco más bajito. Verás lo que se va a reír cuando se tropiece con Paula Badanelli (Vox).

Por el contrario, el que más contento está de toda la Corporación con el fichaje es el alcalde, que ha sido quien le ha dado una de sus concejalías, la de Casco Histórico, con medio millón de presupuesto anual (curioso: su primera delegada, Laura Ruiz, se fue por el escaso contenido que le habían dado a la concejalía). Bellido la convierte con esta jugada en un peón más de los populares sin necesidad de infringir la ley. ¿Quién habló de transfuguismo cuando se puede contorsionar la norma y acomodarla a los deseos como el guante a la mano?. Esto ha ocurrido, además, porque la primera teniente de alcalde, Isabel Albás (Cs), no ha querido compartir con la nueva ninguna de las cuatro áreas que ostenta en la actualidad (Turismo, Igualdad, Participación y Solidaridad), convencida de poder dedicarle a todas el tiempo y el talento que esas delegaciones merecen.

El PP ya le ha dado hasta despacho en el palomar del Palacio de Orive, que está a una distancia razonable del Ayuntamiento, lo que le permitirá no tener que verle las caras a sus amigos de Cs con quienes, por ahora, hablar lo que se dice hablar no se habla mucho. La relación está un poco tensa, pero no hay nada que no arregle el ansia de «estabilidad». Todo por la patria, en este caso chica.

La oposición, grosso modo, dice a todo eso que tururú y que la de Casco Histórico es una delegación de pega, «un parche, una excusa» -señaló Juan Alcántara (Podemos), quien le recomendó a María Luisa Gómez afiliarse al PP para devolverles el favor-- y que con ella «han comprado la voluntad» de la futura edil.

La aritmética, motor de esta operación quirúrgica, ha sido vaselina para adaptar el reglamento y pomada para el escozor de quienes dudaban de la pericia de los jugadores de ajedrez. La clave era no perder ni un concejal y para ello, PP y Cs no podían permitir que María Luisa se fuera a los no adscritos, el movimiento lógico al haber sido expulsada del partido naranja. Con 14 concejales, Bellido amarra la mayoría absoluta con la sola abstención de Vox; pero con 13 concejales, las matemáticas se complicaban porque PSOE, IU y Podemos sumarían 14. La jugada del gambito será maestra, eso sí, siempre que Vox no cumpla su amenaza de ruptura y tire de la manta (dicho sin doblez), porque en este mandato la manta es corta y si te tapas la cabeza se te resfrían los pies fijo.