En Córdoba, ellos siguen encargándose de tirar la basura y el arreglo de pequeñas reparaciones en el hogar y ellas de realizar las limpiezas en profundidad, planchan, lavan y hacen el almuerzo. La pandemia y el confinamiento no ha cambiado sustancialmente quién hace cada cosa en los hogares aunque se observa un reparto más igualitario en el cuidado y atención de los hijos. La delegada de Igualdad del Ayuntamiento de Córdoba, Isabel Albás, ha presentado este jueves el resultado de un análisis sobre los niveles de corresponsabilidad laboral que se han producido en los hogares cordobeses durante la pandemia, un estudio en el que han participado 389 personas mayores de 18 años con menores a su cargo, que reconocen individualmente y de forma mayoritaria que la situación excepcional vivida no ha modificado prácticamente la situación. Según Albás, la principal conclusión es que "no ha habido grandes avances en el reparto de las tareas" y que el teletrabajo no es tan generalizado como pueda pensarse, ya que casi un 80% de las familias no han tenido acceso en sus empleos al teletrabajo".

La realidad que describe el informe es la siguiente: en los hogares donde trabajan ambos miembros de la pareja, las tareas compartidas suelen ser la de limpiar la casa, la compra de alimentos y cocinar para la cena mientras en el grupo sociológico de personas sin estudios universitarios la plancha, lavar la ropa y cocinar para el almuerzo son las actividades que mayoritariamente recaen en las mujeres.

Por otro lado, otras actividades como el ocio con los hijos y el cuidado general de los mismos en aspectos como la alimentación, la higiene y la salud son compartidas en los casos en que los dos miembros de la pareja trabajan mientras el arreglo de pequeñas reparaciones en el hogar es cosa del hombre. La actividad de tirar la basura sigue correspondiendo también mayoritariamente al hombre mientras la compra de ropa para los hijos recae eminentemente en la mujer. Afortunadamente, la ayuda en las tareas escolares de los hijos durante la pandemia ha sido una función compartida, sobre todo, en el grupo de personas con estudios universitarios o equivalentes. El informe señala asimismo que en los hogares donde se ha aprovechado el tiempo de confinamiento para realizar limpieza en profundidad u ordenar espacios en el hogar, dicha responsabilidad a nivel general "ha recaído predominantemente en la mujer", sobre todo, en el grupo donde ambos miembros de la pareja trabajan.

Para terminar, Albás ha abogado por poner en marcha políticas que permitan la corresponsabilidad en el hogar, insistiendo en la sensibilización y en la educación tanto en los hogares como en los centros educativos así como el desarrollo de evaluaciones periódicas para comprobar avances o rectificar políticas en caso necesario.