«Una herida de muerte para el casco histórico». Así definió ayer el presidente de los hosteleros de Córdoba, Fran de la Torre, nada más conocer el anuncio de Juanma Moreno lo que va a suponer para una parte importante de los negocios de hostelería de Córdoba, dependientes del turismo, mantener el cierre perimetral de las provincias andaluzas durante la Semana Santa. 

Según De la Torre, «es cierto que los bares y restaurantes ganamos una horita más durante tres semanas, pero eso es todo y sigue siendo muy poco para levantar al sector en las condiciones en las que se encuentra actualmente tras un año con los ingresos mermados, porque las cenas empezarán a las nueve de la noche y la diferencia no será muy grande, ya que las tardes ahora son más largas y por la temperatura, muy pronto la gente empezará a salir a partir de las siete o las ocho». 

Según el presidente de Hostecor, quienes peor han recibido la noticia del mantenimiento de las restricciones en el gremio han sido los hosteleros del casco histórico. «Esto supone para todos ellos una muy mala noticia que va a prolongar su agonía», aseguró, tras destacar la cantidad de llamadas de compañeros de esta zona. «No ven futuro porque sin movilidad no hay turismo y sus negocios van a seguir muertos otra Semana Santa».

 En su opinión, ante esta situación, lo único que cabe es que tanto el Gobierno central como el autonómico pongan en marcha las ayudas «directas, rápidas y flexibles» que llevan meses reclamando, recordó, aludiendo también a la protesta que han protagonizado esta semana y que les llevó a escenificar el hundimiento de sus negocios con un recorrido por el Guadalquivir. «Para los bares y restaurantes de Córdoba, la Semana Santa será un fin de semana más en el que si hace buen tiempo, los cordobeses saldrán a tomar algo a los bares y restaurantes y podremos ofrecer cenas, una gota más», sentenció.