La iniciativa, en la que participan jóvenes en riesgo de exclusión, pretende fomentar valores como la empatía o la tolerancia mediante un programa educativo de 60 horas que incluye sesiones de hockey, baloncesto y fútbol.

El deporte influye en las actitudes y comportamientos de quienes lo practican y, canalizado de una forma adecuada, puede favorecer la adquisición de recursos personales y valores positivos. Asimismo, cada vez existe mayor conciencia de la necesidad de implementar acciones y políticas que redunden en la prevención de los procesos de radicalización violenta de una forma integral y anticipatoria.

Partiendo de estos supuestos, el proyecto SPEY  (Sport for Prevention of Extremism in Youth) tiene como objetivo investigar los factores que pueden contribuir a la prevención del extremismo violento a través del deporte. El programa de intervención derivado del proyecto comenzó a implementarse en enero de 2020 en el área metropolitana de Barcelona y está especialmente dirigido a jóvenes de entre 16 y 25 años en situación de vulnerabilidad o riesgo de exclusión. Debido al impacto de la pandemia tuvo que adaptarse mediante acciones alternativas, tales como la gamificación o las metodologías virtuales. Recientemente, ha retomado su actividad presencial añadiendo más diversidad de deportes, entre los que se encuentran el hockey, el baloncesto o el fútbol.

Este proyecto está liderado por la Unió de Federacions Esportives de Catalunya (UFEC), cofinanciado por la Comisión Europea y cuenta con ocho socios de siete países europeos. La Universidad de Córdoba forma parte de este consorcio asumiendo la dirección científica del mismo. El equipo de investigación, dirigido por Manuel Moyano, profesor del Departamento de Psicología, está desarrollando el seguimiento y la evaluación, así como estableciendo los indicadores e hitos del proceso de intervención. Tal y como explica Michelle Blaya, una de las investigadoras del proyecto, "se evaluarán variables e indicadores psicosociales, tales como la percepción de conflicto intergrupal, la intención violenta, el sentido vital, la inclusión social o diferentes recursos personales de afrontamiento".

El proyecto culminará con la elaboración de un manual de buenas prácticas y lecciones aprendidas para que otras organizaciones puedan replicar y transferir la iniciativa a otros contextos.