Son algo más de las diez y el ambiente festivo mañanero en el parque periurbano de Los Villaresparque periurbanoLos Villares es tranquilo. Con el suelo aún bastante húmedo por lo que ha llovido durante la noche y primeras horas de este lunes 1 de marzo, es más fácil encontrar senderistas bien pertrechados para cubrir su trayecto planificado contra viento y marea o familias que disfrutan de un fresco y apacible paseo por este verde paraje que los típicos devotos de perol y sobremesa de siesta en manta sobre la hierba.

Suele ser normal que los fines de semana este parque periurbano se llena de perolistas que ponen el despertador para llegar los primeros a coger sitio. Pero hoy no es así y los pocos que van apareciendo tienen el privilegio de elegir sin haberse dado el madrugón.

Ese es el caso de Rafael Bueno Vázquez, que se dispone junto a su familia y otros amigos a pasar un magnífico día de campo. “Hemos venido hoy porque yo ayer trabajé, pero somos muy asiduos a venir a Los Villares de perol y ya que ayer no se pudo aprovechamos el día de fiesta hoy”, explica, mientras se afana en descargar la mesa y sillas plegables de su coche. Su mujer hace lo propio con la comida y demás útiles necesarios para disfrutar del día. “Venimos cuatro adultos y seis niños y sobre todo por ellos, hay que venir bien cubiertos” afirma con una sonrisa.

Más allá del aparcamiento, ya con ubicación seleccionada, espera al resto que está por llegar Sonia Martínez. Porta a su hijo en brazos y su madre aguarda sentada en uno de los bancos de piedra que hay dispuestos por la zona autorizada para realizar barbacoas. “Hemos descargado una parte pero estamos esperando a que llegue el resto”, apunta Sonia quien añade que han aprovechado el día festivo para venir al campo “porque trabajo en un bar y ayer tuve faena”. Y es que según comenta, a su familia le gusta mucho “echar un día de perol”. Lo importe es disfrutarlo, confirma.

Maite Moya, trabajadora social, aguarda sentada por una dolencia en la cintura. Ella, junto a su marido y su hijo, disponen ya los primeros preparativos para encender el fuego mientras esperan a que llegue el resto de familiares. “Teníamos ya previsto venir hoy para poder coincidir con mi hermana”, explica y añade que “somos muy asiduos a venir aquí, nos gusta mucho estar en la naturaleza y más ahora, que estamos limitados en cuanto a actividades. Siempre que podemos nos venimos al campo, nos damos un respiro y reponemos las pilas para el resto de semana”.

En la zona de merenderos, casi desierta, están Antonio Torrecilla y Gema Martínez, dos jóvenes estudiantes que lo tienen todo dispuesto para disfrutar de una jornada que se presenta, por fin, soleada. “Lo tenemos todo organizado desde la semana pasada “comenta Antonio, que estudia un Grado Medio de Gestión Administrativa. Su amiga, alumna de Documentación Sanitaria, explica que “como tenemos que estudiar hemos aprovechado que hoy es festivo para echar aquí el día”. Eso sí, ellos van a lo práctico, nada de barbacoas, “traemos un picnic, bocatas y cosas que podamos comer sin muchas historias”, apunta convencido él.

En plena descarga de viandas está no lejos de allí Gema Moraga, que va a pasar el día en la sierra junto a su marido y su hija. “Venimos hoy porque mi marido trabaja en Cunext y ayer tuvo turno, y como nos gusta mucho estar al aire libre en el campo hemos optado por subirnos hoy, aprovechando también que la lluvia cesaría a inicios de la mañana”, comenta. Para Gema venir a pasar un día al campo es algo habitual, le gusta que su hija respire aire puro y juegue en plena naturaleza. Como ayer cuando consultó el tiempo no estaba segura de que finalmente hiciese bueno optó por dos soluciones, “tenemos tanto para hacer una barbacoa como para comer con picnic, dependiendo de cómo evolucionen las nubes así haremos”, ríe. Pero el tiempo es propicio y su marido, a lo lejos, llega ya preparado con el carbón para encender el fuego.

Rafi Jurado deja un momento su coche parado cerca del lugar donde va a pasar hoy, junto con amigos y familia, el que espera que sea “un fantástico día de campo”. Según argumenta, durante el día de ayer “estuvimos pendientes del tiempo pero al final hemos visto que iba a hacer bueno y hemos venido preparados para hacer un arroz”. El motivo de venir hoy responde a “problemas de agenda de los chicos, que han tenido que estudiar estos días de antes porque tienen varios exámenes”. Aunque ella confiesa que es más de pasear que de hacer peroles, hoy han previsto pasar un día tranquilo, comer un buen arroz y disfrutar del aire fresco y los paisajes en familia.

Y poco a poco, según avanza la mañana, siguen llegando coches y cordobeses dispuestos a disfrutar de este bienvenido día festivo extra.