Una cosa es lo que se plasma sobre un papel, que todo lo resiste, y otra muy distinta es llevar lo redactado a la práctica. Eso piensa Juan Moreno, jubilado cordobés que se ha leído en más de una ocasión el R.D. 6/2020 del pasado marzo. Ahí se detalla la gestión administrativa a realizar ante una baja laboral por covid-19 o por aislamiento tras estar en contacto estrecho con uno. En este último apartado se encuadra él que, curiosamente, se hizo una prueba el pasado día 6 «por gusto» y su resultado fue positivo. «Automáticamente, confinan a mi mujer y a mi hijo», ambos con empleo. «Te dicen que vayas a arreglar la baja. Lo primero es que se le debería decir al médico es que, en casos así, en el siglo XXI, con un correo electrónico» debería ser suficiente, según su opinión, para así «pasarlo a tu empresa». Ante la negativa, «debes pedir favores a vecinos para que vayan a por la baja», pero en su caso, «le dijeron que tenía que regresar al día siguiente con identificación nuestra». Otro día más y el vecino regresa con todo lo solicitado «y le dicen que no, que la empresa remita antes un correo electrónico confirmando a la administración que en su empleo no pueden teletrabajar».

La pasada semana se le fue a la familia en intentar cumplir los plazos marcados por el Real Decreto, por la propia administración sanitaria, siempre pidiendo favores a familiares o amigos, porque «nosotros no podemos salir de aquí, de casa».

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«El caso es que estamos a martes 16 y aún no hemos podido averiguar la baja. A mí me cuentan amigos que en otros sitios es diferente, que intentan agilizar algo más los médicos los trámites, pero es una sensación de impotencia grande tantísima traba burocrática», se queja Juan, que reclama que «es necesario que esto cambie, que no sea así, estamos en el siglo XXI y se podrían agilizar mucho más los trámites sin necesidad de estar, además, llamando a vecinos, amigos o familiares que puedan hacerte el favor de realizar los trámites».

Justo al décimo día, cuando se cumplía el período de aislamiento y de baja laboral, la familia Moreno parecía encontrar el final del túnel. «Ya tenemos constancia de que las empresas respectivas han mandado el correo» necesario para que la administración sanitaria dé el último paso, pero incluso ahí también tuvieron su contratiempo. «Al principio, una de las dos empresas no quería mandar el correo con los datos porque decía que chocaba con la LOPD, así que nos lo ha mandado a nosotros y nosotros lo hemos reenviado al INSS», comenta ya con una leve sonrisa de impotencia.

Lo más irónico de la problemática en la que está inmerso Juan Moreno y su familia es que él fue trabajador del SAS durante más de 40 años. «Teóricamente, el médico debe llamarte, pero si no te llama y lo dices, te responden que sí, que ellos han llamado y como esto es la palabra de uno y la de otro tienes entonces que volver a concertar una cita», se lamenta. «En otros casos, me consta, mandan un sms, lo abres y ya lo tienes. ¿Por qué no lo hacen así para todos?», se pregunta. La presión es lógica. En caso de que la tramitación de la baja por confinamiento no termine de cerrarse esta no será efectiva, lógicamente, por lo que el trabajador tendría que descontar los días de ausencia de la empresa de las jornadas vacacionales futuras, amén de la pérdida económica subsiguiente.

Hoy puede terminar la tensión. «Tenemos cita telefónica de 12.15 a 12.45 y creemos que después de tanto ir y venir de vecinos y amigos lo tenemos todo.. Ojalá sea así», cruza los dedos Juan. Están él y su familia en el décimo día de confinamiento.