L as residencias de mayores, cuyas visitas están suspendidas por el proceso de vacunación, volverán a recibir a los familiares de los internos a partir de los 7 días de la aplicación de la segunda dosis de la vacuna del covid, que varía según el centro. Si se cumple el calendario previsto, el 4 de febrero se habrá completado la vacunación, por lo que a partir del día 11 todas las residencias, salvo aquellas en las que haya algún brote o no se haya aplicado la vacuna, deberían reanudar las visitas, manteniendo las medidas de seguridad, según ha confirmado el director general de Servicios Sociosanitarios, José Repiso, aludiendo al BOJA del 11 de enero.

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La Junta de Andalucía ha actualizado el Plan Anual de Inspección de Servicios Sanitarios, un documento adaptado a las necesidades derivadas de la pandemia en este 2021, que establece como una de las máximas prioridades la evaluación de las residencias de mayores, según ha explicado Eutimio Tercero, director provincial de servicios sanitarios de Córdoba. En este sentido, la Junta continuará revisando los planes de contingencia de las residencias y medicalizando aquellas que lo requieran cuando se produzca un brote. Desde final del año pasado, según Tercero, «se han incorporado a esta evaluación los equipo de protección de la salud de los distritos y áreas», lo que está permitiendo «aumentar la frecuencia en la evaluación de los centros». Para el desarrollo de estas actuaciones y del resto del plan, la Dirección de Inspección Provincial de Córdoba dispone de diez inspectores y siete subinspectores, además de una unidad administrativa y para este año «se esperan nuevas incorporaciones», destaca. Cuando se detectan deficiencias que no afectan a la seguridad de los pacientes, las residencias tienen diez días para subsanar la situación, mientras que si se pone en riesgo la seguridad, se remite un informe para la apertura de un expediente sancionador o, si hay indicios de delito, se remite al Ministerio Fiscal.

El año pasado, la Inspección llevó a cabo 101 visitas presenciales, 85 entre julio y octubre, «a cada una de las residencias de mayores de la provincia», destaca Eutimio Tercero, «y otras 16 por brotes y otras incidencias». Desde el inicio de la pandemia, a las inspecciones se suman los encuentros frecuentes con las enfermeras gestoras de casos, epidemiólogos y, desde diciembre, inspectores de protección de la salud en las áreas sanitarias y del distrito Córdoba y Guadalquivir, que realizaron «casi 300 visitas en el 2020». Según el jefe de la Inspección, el fin de estas actuaciones es «tutelar los derechos de salud de los ciudadanos», aunque también se han abierto expedientes por incumplimientos, si bien no pudo precisar cuántos. Las principales deficiencias detectadas en las residencias de mayores de la provincia tienen que ver con «el uso incorrecto de los equipos de protección individual por parte del personal, la insuficiente señalización de las áreas de aislamiento cuando hay casos confirmados de covid, falta de mascarillas y distancias de seguridad entre los residentes». El director general de Cuidados Sociosanitarios de la Junta, José Repiso, ha destacado que, si bien la pandemia ha hecho que las residencias elaboren sus planes de contingencia y pongan en marcha criterios de sectorización para evitar los contagios, «la formación y cultura de profilaxis de los trabajadores de estos centros, algo en lo que se está trabajando pero en lo que aún hay un déficit», llevaría a algunos a relajar ciertos hábitos el su ámbito privado. De ahí que «si los contagios aumentan en la población en general acaben llegando a las residencias a través del vector de contagio que son las personas que trabajan en ellas».

Respecto a la prohibición de las visitas en las residencias para evitar contagios, algo que suscita muchas quejas entre las familias, Tercero y Repiso insisten en que se hace con el fin de minimizar al máximo los riesgos cuando los datos epidemiológicos lo recomiendan en bien de su salud y asumiendo el coste emocional que pueda suponer el aislamiento prolongado de los mayores. «Si hubiera visitas, habría otro vector de contagio que aumentaría la incidencia», recalcan. En este momento, pese a la vacunación y el cierre de las residencias, hay 13 centros en la provincia con hasta 30 internos infectados, algo que Repiso cree que puede ocurrir aunque se tomen todas las medidas, «porque los planes de sectorización separan a los residentes en tres grupos: positivos, con síntomas de sospecha y en aislamiento preventivo en función de los síntomas mientras se realizan las pruebas correspondientes, y es posible que haya asintomáticos en los grupos aislados que propaguen el virus aunque den negativo en un test de antígenos». En su opinión, para evitar contagios, el primer axioma es «que el virus no entre» y el segundo, «la detección precoz si ya ha entrado».