Córdoba atraviesa el momento más duro de la pandemia, la situación más crítica que se ha vivido en las tres olas que se han sucedido desde que la crisis sanitaria dio comienzo en el mes de marzo. El coronavirus continúa avanzando y mientras la curva vuelve a subir en la provincia (ayer se contabilizaron más de 600 nuevos positivos) la peor batalla se sigue librando en los hospitales, decididos a estirar espacios para acoger al número creciente de enfermos una vez desbordadas todas las previsiones iniciales. Según los datos de Salud, cada vez son más las personas que empeoran y requieren su derivación a Cuidados Intensivos, seis más en el día de ayer, lo que sigue aumentando la presión en los módulos desplegados en quirófanos o salas de reuniones.

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La provincia, que hasta hace dos días esperaba un máximo de 56 ingresos en UCI, está atendiendo ahora a 71 pacientes, un 153% más que hace solo dos semanas cuando había 28. En el peor momento de la segunda ola, el número de enfermos en Intensivos no llegó a los 50. En solo 24 horas, se han producido 41 hospitalizaciones nuevas, que han elevado a 373 el total de enfermos ingresados, el doble que hace 14 días cuando había 178. Lo peor es que aún se teme que no se haya alcanzado el pico sino que, pese a las restricciones de movilidad, y debido al elevado número de contagios que se siguen produciendo, la cosa vaya a más en los próximos días.

Pese a que los hospitales se encuentran en situación de emergencia, comercio y hostelería vive en tensión pendiente de la evolución de la incidencia, por si la tasa supera los mil casos por cien mil habitantes y hay que cerrar la persiana al menos 14 días. El recuento diario acerca cada vez más a ese punto a la capital cordobesa, cuya tasa volvió a crecer otros 44 puntos en solo 24 horas hasta situarse en 880,6. Además, ayer se notificaron seis fallecimientos, por lo que la cifra de víctimas mortales que deja el SARS CoV 19 asciende 632 personas.