Cuando más difícil parecía, muchos cordobeses encontraron el año pasado una oportunidad para regresar al mercado laboral o acceder a un empleo por primera vez, cubriendo las nuevas ofertas relacionadas con la pandemia de coronaviruscoronavirus. Esta es la experiencia vivida por algunas personas consultadas por este periódico, que explican que, en su caso, la misma crisis sanitaria con la que Córdoba incrementó en 13.160 personas su número de parados en el 2020, ha tenido un efecto positivo en el empleo.

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María del Carmen Martínez, de 48 años de edad y madre de tres hijas, afirma que llevaba un año y medio desempleada y formándose cuando la llamaron para trabajar como limpiadora en el hospital Reina Sofía. Su vida había sufrido un cambio importante y «tuve que empezar de cero», recuerda. Antes de esto, trabajó durante diez años como fotógrafa de eventos y también fue administrativa, ya que su trayectoria laboral comenzó cuando tenía 17 años. «Eché el currículo, mi familia me decía que estaba loca, que cómo me atrevía a meterme en todo el foco, porque esto era nuevo. Pero cuando me llamaron no me lo pensé y la experiencia es buena», destaca. Así, en referencia a la empresa indica que «me dieron la oportunidad de que ellos vean mi potencial, porque si no te llaman, no saben cómo trabajas. Hay personas muy válidas que no tienen la oportunidad de demostrarlo», subraya.

Una de sus compañeras, María de los Ángeles Heredia, recuerda que trabajaba en una cafetería y perdió su empleo cuando se confinó a la población, en marzo pasado, para frenar el avance del covid-19. En abril entró también como limpiadora en el hospital. A sus 31 años de edad, asegura que «necesitaba el trabajo y me ha venido mucho mejor, porque en el otro sitio echaba muy pocas horas, estaba de extra, y ganaba muy poco». Su vida laboral comenzó a los 18 años y apunta que ha trabajado, principalmente, como camarera, pero también ha sido cajera y dependienta.

Acerca de su nueva experiencia, comenta que «empezamos con mucho miedo, hacía dos semanas que nos habían confinado», aunque su hermana ya trabajaba en el Reina Sofía y sus padres continuaban con sus empleos, por lo que «vieron con normalidad que trabajase», manifiesta. María de los Ángeles valora que «me ha venido mejor estar aquí, porque me ha abierto muchas puertas y he hecho cursos de formación».

El joven Rafael Serrano, de 23 años, fue otro de los profesionales llegados al complejo hospitalario a raíz del coronavirus. Contratado para realizar labores de desinfección, en la actualidad asume tareas como la de barrer y limpiar cristales. «Hemos tenido la suerte de encontrar un trabajo», asegura en referencia a los empleados contratados durante la pandemia. Antes de esto, trabajó en las instalaciones deportivas El Fontanar en el año 2018, atendiendo a los clientes nuevos. Después retomó el estudio del ciclo superior de Gráfica publicitaria, pero no lo terminó porque le llamaron para trabajar en el Reina Sofía.

Trabajadora social: La joven Almudena López.

En la residencia

Otras entidades que se encuentran en la primera línea de la batalla contra el covid-19 son los geriátricos y la joven trabajadora social Almudena López se siente muy afortunada porque hoy mismo comienza a trabajar en una residencia. Finalizó sus estudios el verano pasado y la llamaron para ocuparse como empleada del hogar y cuidadora de niños en la vivienda de dos médicos. Sobre esta primera experiencia, afirma que «he estado encantada y ha sido una oportunidad». Ahora comienza una nueva etapa en la que cubrirá el puesto de una persona que tuvo covid-19, aunque sobre un posible contagio explica que le aportan «tranquilidad» tanto las precauciones que ella misma toma como el hecho de que en ese centro ya han recibido la segunda dosis de la vacuna contra esta enfermedad.