-¿Qué balance hace del primer año de gestión de Bellido?

-No ha habido grandes cambios, ha sido continuista con la gestión anterior, con la salvedad de haber metido más altos cargos y dar total preferencia a las propuestas de la ultraderecha, dejándonos a los grupos de izquierdas totalmente al margen. Se echan en falta transparencia y participación, no sólo de la oposición, sino de la ciudadanía. Tienen un discurso amable, populista, pero luego los hechos no siempre se corresponden con esa imagen de «atendemos a toda la gente, nadie se quedará atrás». O quizás sea que Córdoba tiene lo que se merece al haber dado su voto a fuerzas de derecha, que cuando llegan situaciones difíciles como la que estamos viviendo, se echa de menos que la prioridad real de su gestión sean las personas, sobre todo, las más necesitadas.

-¿Cree que el gobierno local funciona como un solo equipo?

-En muchos momentos, no ha sido así, aunque el PP se ha esforzado para que no se note. Ejemplos como las meteduras de pata de Isabel Albás en el Imtur, las supuestas ilegalidades de Manuel Torrejimeno en el Imdeco, --aún por aclarar--, la aparente falta de conocimientos de David Dorado en Infraestructuras y Medioambiente, o el descontento del personal de Servicios Sociales con Eva Timoteo, han creado fisuras en la supuesta unidad del cogobierno.

-¿Cuáles han sido las principales lagunas de esa gestión?

-La transparencia, la participación ciudadana y de la oposición, la incondicionalidad a las propuestas de la ultraderecha, el descarado apoyo a las personas con más recursos y al obispo, y la falta de interés por la cultura o el medioambiente, acabar con la estigmatización de las barriadas deprimidas y la vivienda social.

-Obligatoriamente hay que hablar de coronavirus. ¿Cuál ha sido el principal error y el mayor acierto del gobierno local en la gestión de la crisis?

-Valoramos que, en las primeras semanas, trabajaron duro actuando con rapidez en implantando medidas para frenar los contagios, y para atender a los más necesitadas desde Servicios Sociales, con una actitud de sensibilidad y colaboración, tanto con las orientaciones que venían del Gobierno como de las autoridades sanitarias, y con un diálogo fluido con la oposición. El trabajo del personal técnico y trabajadoras sociales fue encomiable, sin horario, hasta agotar sus fuerzas, nunca se lo podremos agradecer lo suficiente. Su mayor error ha sido, lamentablemente, dejar de hacerlo después, al no facilitar el diálogo y la colaboración de los demás grupos, al frenar la respuesta que demandaba la ciudadanía y no reconocer que no tenían capacidad de gestión para una situación tan difícil. No podemos dejar en manos del tercer sector y del voluntariado la atención básica, tenemos que hacerlo desde la institución, pero no ha sido así porque Servicios Sociales se ha colapsado en los momentos más necesarios. Hay que tener más humildad y transparencia. Para las personas que no tienen ni para comer y que no le cogen un teléfono cuando piden auxilio, lo más doloroso es ver a sus gobernantes decir que todo se está atendiendo de forma maravillosa y que se gastan el dinero público en cantidades brutales en arreglar un recinto ferial o similares.

-No lograron pactar el plan de choque por el covid. ¿No es eso un fracaso de la política cuando los ciudadanos lo que reclaman son soluciones de consenso? ¿No han pedido en Madrid lo que han negado en Córdoba? ¿No perciben el hartazgo de la ciudadanía por la falta de diálogo de los políticos?

-Totalmente de acuerdo, tenemos la obligación de ponernos de acuerdo para buscar soluciones. La ciudadanía no necesita espectáculos bochornosos de enfrentamientos, necesita soluciones eficaces. En esa línea trabajamos desde Podemos, tanto a nivel estatal, como autonómico y municipal. Aquí en Córdoba, nadie puede negar que tanto mi compañero como yo trabajamos sin descanso para aportar propuestas-enmiendas a todo y que nuestro talante conciliador y negociador, a veces he de reconocer que también iluso, hace que al menos nos concedan sentarnos a discutirlas. Pero he de decir, con pena e indignación, que la inmensa mayoría de las propuestas que hacemos, a pesar de ser realistas, factibles y buenas no se tienen para nada en cuenta. No obstante, no tiramos la toalla y seguimos trabajando para aportar, aunque una se cansa de que le tomen el pelo, porque eso supone reírse de las personas que lo pasan mal y por las que estamos aquí.

-Con la experiencia de lo sucedido, ¿qué soluciones aportaría su formación para amortiguar la crisis en el caso de que se produjera un segundo rebrote?

-Hay que replantear las prioridades en los presupuestos, aumentar el gasto social y prescindir de lo innecesario para que todo el mundo pueda llevar una vida digna. Estudiar muy bien que trabajos pueden seguir desarrollándose con medidas de seguridad para no parar casi completamente la economía, ayudar a las pymes a reinventarse y hacer muchísimos tests. El dinero saldría de ahorrar en lo que no se gasta, y de gestionar con los bancos con los que tenemos créditos una carencia, cosa que llevamos proponiendo desde hace meses. Ya los rescatamos con dinero público y ahora son ellos los que tienen que colaborar en rescatar a las personas. Por otro lado, esperamos que lleguen ingresos extras europeos y estatales, e incluso la posibilidad de usar nuestro superávit. Lamentamos que la bajada de impuestos del PP, que sólo ayudó a gente con recursos, ha restado varios millones que ahora tendríamos para emergencia vital.

-Podemos entró por primera vez en el Ayuntamiento en 2019, ¿qué han conseguido con esta representación institucional?

-Tener a unas personas dentro de esta institución trabajando por nuestro programa, que es lo mismo que decir, por las personas más necesitadas, la igualdad, el medioambiente y la dignidad laboral. No obstante, al ser una representación pequeña, nuestra función más importante está siendo servir de enlace, de orientación, de canalización de los ciudadanos para ayudarles en resolver sus problemas. En un año hemos conseguido que se nos conozca, se nos valore por la constancia y coherencia. Recibimos decenas de llamadas diarias.

-¿Qué ha aportado Podemos como partido de la oposición a la ciudad de Córdoba?

-Como dije en mi discurso de toma de posesión, «venimos a hacer otro tipo de política» y «seremos la voz de los que menos voz tienen». Esas frases son nuestro hilo conductor. A pesar de tener pocos recursos humanos, hemos estado en todas las reuniones del Ayuntamiento, colectivos y barriadas, consejos de administración de empresas y organismos públicos, con un talante propositivo y colaborativo, siempre intentando mejorar la calidad de vida de todos. Hemos demostrado tener una opinión propia y fundada, y nos hemos ganado el respeto de políticos y ciudadanía, que es la que nos importa.

-Han logrado promover un debate sobre una renta municipal, ¿tiene esperanzas francamente de que se termine implantando?

-Por supuesto, estamos convencidos de que será la solución, pero tenemos claro que este cogobierno no la tomará en serio hasta que se agoten todos los recursos procedentes de otras administraciones y sea consciente de que aún hay miles de personas bajo el umbral de la pobreza y que eso no es bueno para la economía de la ciudad. Por desgracia, no son valientes, ya que podíamos ser ejemplo para otras localidades, porque recursos tenemos, solo es cuestión de priorizar.