La situación actual de la ciencia en Córdoba es un reflejo de lo que está sucediendo a nivel nacional. A pesar de que no nos encontremos en un momento óptimo de inversión en I+D, tenemos centros de investigación punteros y competitivos a nivel nacional e internacional. El más claro ejemplo es el Imibic (Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba), que trabaja en sinergia con el Hospital Universitario Reina Sofía y la Universidad de Córdoba, realizando investigaciones de primer nivel y sus publicaciones de alto impacto lo avalan.

Hablando de manera más generalizada y a pesar de los buenos resultados de las investigaciones en nuestra provincia y en nuestro país, existen varias preocupaciones comunes en ciencia: precariedad salarial, falta de oportunidades y de estabilización, estando todo vinculado con la inversión estatal en I+D. Preocupa que aun habiéndose prometido desde el Gobierno estatal unos presupuestos destinados a ciencia del 2% del PIB (la media europea) sigamos con unos presupuestos austeros, de la época de los recortes. Actualmente nos encontramos cerca del 1% del PIB, y más preocupante aún, del dinero que se presupuesta no se ejecuta ni la mitad. Según El País: «La Administración pública del Estado incluyó 7.003 millones de euros en su presupuesto para el sector. Sin embargo, casi la mitad de esa asignación de recursos, el 47%, no fue ejecutada, por lo que la inversión efectiva fue de 3.278 millones de euros».

Hay muchas cosas que mejorar. Las exigencias son cada vez mayores, cada vez con menos recursos. Se debería estudiar una inversión a largo plazo, ajustándose a los presupuestos prometidos, de manera continuada y sin altibajos, donde a los investigadores se les provea de oportunidades de estabilización y donde el factor económico no sea el limitante. Es esencial apostar por nuestros científicos para que no se vayan de España, para que el Estado, que ha apostado por su formación, se beneficie de su investigación.