La situación de Córdoba es manifiestamente mejorable. Los niveles de los indicadores sociales, económicos, asistenciales, turísticos, industriales y sobre todo de innovación deben crecer para ser una ciudad y provincia punteras en España y en el mundo. La UCO ha destacado considerablemente según los últimos ránkings. ¿Por qué otras instituciones públicas y privadas cordobesas no pueden hacerlo? Ahí tenemos el ejemplo de la pujante Málaga. El hecho de organizar eventos y actos como el de las «75 ideas para Córdoba y provincia» (Diario CÓRDOBA) entre otros pone de manifiesto dos cosas. Primero, que existe una conciencia de que hay que movilizarse y, segundo, que se tiran cohetes que no explotan, pese al considerable esfuerzo que implican estas reflexiones. Existe un material valioso que, destilado y priorizado, podría ser un excelente punto de partida. La participación de agentes externos sería esencial. El principal problema somos los propios cordobeses, que no nos movilizamos suficientemente, somos senequistas, no apostamos por la innovación ni por el futuro, no somos capaces de «mojarnos»; eso sí, con notables excepciones que confirman la visión general. No hemos sabido explotar suficientemente nuestras grandes fortalezas en patrimonio, en sanidad, en conocimiento, en gastronomía, en educación, en agroalimentación, etc. También las inversiones públicas y privadas son exiguas para las necesidades que, además, están mal definidas y priorizadas. No se trata de reclamar una lista de infraestructuras pendientes, de favorecer el empleo y la igualdad de género, etc. Este sería el segundo nivel de acción, el primero es fomentar la actitud y aptitud de los cordobeses.

Entre los retos genéricos, el primero es la movilización de la ciudadanía con el propósito de fomentar una mejora de la ciudad y provincia. El segundo sería la transformación de la ciudad de Córdoba, que es esencialmente de servicios, en productiva o al menos equilibrada. El tercer reto seria la explotación ad limitum del enorme potencial que tenemos. No solo se trata de explotar más lo clásico, sino también el potencial emprendedor de la mayoría de los cordobeses en temas rompedores.