Un paseo por Cañero permite conocer una zona tranquila, con pocos vecinos, tratándose del mediodía, aunque en la plaza del barrio, denominada de los Derechos Humanos, hasta que una sentencia del pasado miércoles del juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Córdoba obligó a que el lugar pasara a denominarse como era conocido antes del 4 de junio de este año, plaza de Cañero.

En esta plaza la presencia de vecinos ayer era la normal. Pocas personas en los establecimientos, algunos niños en una fuente, llenando globos de agua y ajenos a la polémica sobre el nuevo cambio de nombre de la plaza. En la única terraza donde había sombra, comenzó una encuesta aleatoria para conocer la opinión de varias personas sobre el «dichoso cambio» de nombre de la plaza. Entre los escasos lugareños que se encontraban, o pasaban por el lugar, en una hora calurosa, estaba Ángel Figueras, para quien la plaza «debería llamarse otra vez Cañero», añadiendo a continuación «como se ha llamado toda la vida».

En la surtida tienda de ultramarinos Cañero, de Francisco José García, uno de los escaso lugares abiertos, Fran, como es conocido en el barrio, atendía a un niño que acababa de comprar unas chucherías. Preguntado por la decisión del juez, contestó «estoy a favor de que permanezca el nombre».

Casualidad o no, una ecijana que lleva cinco años viviendo en Cañero, la modista del barrio, Chari Martínez, y que pertenece a la AVV, de Cañero, se manifestó en idéntica posición. Chari, integrada perfectamente, siempre quiso vivir en este barrio, por parecerse a su pueblo. Ella desea «su plaza de Cañero».

El bar de la AVV. Cañero estaba más concurrido. Allí se encontraba Antonio Jiménez, un jubilado adicto al deporte que lleva 68 años viviendo en Cañero (los mismo que tiene el barrio), quien manifestó «que te cambien ahora las calles es una chorrada». Mientras Jiménez daba esta respuesta, se añadió a la conversación un parroquiano que abandonaba en ese momento el local, pero que expresó su opinión desde otro punto de vista: «en vez de venir a quitar las placas que vengan a limpiar las calles». Bien entrado el mediodía las opiniones recabadas eran coincidentes, aunque no puede presumirse que reflejen por completo la opinión del barrio sobre el polémico cambio de nombre de la plaza de una de las zonas de Córdoba que mejor conserva su fisonomía.