La cadena agroalimentaria supone el 40% del producto interior bruto mundial, en su conjunto de actividades (cultivos, cuidados y cría, economía verde, energía, residuos, transporte, cadena de frío, supermercados, venta al por menor, venta de comida a domicilio y restauración. Hemos celebrado nuestro evento de referencia mundial Smart Agrifood Summit, en el que hemos tratado lo que está ocurriendo sobre lo que va a ocurrir en los próximos años en la cadena de valor agroalimentaria en los cultivos en el campo, en los invernaderos, en el mar, en las piscifactorías, en las granjas, en los nuevos alimentos, en la bioalimentación, en la edición genética. Smart Agrifood ha sido un puente entre cinco pilares.

1. Empresas y corporaciones (que ya invierten el 35% de su presupuesto en I+D en adquirir startups, ya que van más rápido que sus propios departamentos de I+D). Todos recuerdan cómo Facebook acabó adquiriendo Instagram o Whatsapp, dos startups que rompieron el mercado digital.

2. Emprendores y startups, que han significado una gran aportación al evento, con más de 100 innovaciones disruptivas que presentaron de 24 países distintos con grandes innovaciones.

3. Inversores. La inversión en este sector ha crecido en un 40% en el último año, más de 11.000 millones de euros, y este año seguirá creciendo. Estados Unidos, China e India lideran la inversión a nivel mundial en startups de este sector. Reino Unido, Francia y España, por este orden, lideran el mercado europeo de startups, lejos aún del resto.

4. Las administraciones públicas , que con su carácter regulatorio tienen una enorme influencia en este sector agroalimentario. La regulación europea, por ejemplo, es clave para que España siga siendo un país exportador de frutas y verduras y exporte el aceite de oliva. Y no digamos de carnes o de jamón. El blockchain, por ejemplo, ayudará a solucionar el que se cumpla la normativa y de que se tenga la seguridad alimentaria asegurada. La crisis del pepino (que vivimos hace unos años en España y en Alemania con millones de pérdidas para el sector) no se hubiera producido de haber tenido implantado un sistema de blockchain. El jamón, el aceite de oliva y el vino tendrán garantizada de forma transparente la información de la trazabilidad protegiendo su autenticidad en toda la cadena.

5. Las universidades y centros de investigación, que son un pilar de una gran importancia. Universidades punteras en este campo, como son en Europa las de Wagenigen, la Universidad de Córdoba, la de Sevilla, la Politécnica de Valencia, la Carlos III de Madrid y la de Málaga. Sus centros de investigación nos han compartido trabajos muy importantes para el futuro.

Evolución futurista

Las personas somos máquinas evolucionadas. Algún día seremos capaces de crear la inmortalidad, o descargaremos el contenido de nuestro cerebro en un ordenador. Esto no es una frase de Isaac Asimov, sino más bien una aseveración de los científicos que trabajan en los temas de inteligencia artificial. La inteligencia artificial está ya presente en nuestras vidas, cada vez más. Desde las búsquedas de Google, el diálogo con Siri o Alexa, la búsqueda de viajes..., o cuando solicitamos un UBER, nos topamos ya con la realidad de la inteligencia artificial en sus primeros pasos. Sus buscadores son robots de búsqueda que ya podrían incorporarse a la industria de la maquinaria, de las plataformas de control de cultivos, etcétera, para que el agricultor o el ganadero desde su móvil pueda controlar la evolución de su finca o ganadería, o el control de los precios.

Las industrias en general están menos del 40% digitalizadas, a pesar de la penetración relativamente profunda de estas tecnologías en los medios, el comercio minorista y la alta tecnología. La industria agroalimentaria está por término medio aún entre un 5% y un 10% de transformación digital y de una forma muy desigual. Una oportunidad para la innovación y para las startups disruptivas.

Las estrategias digitales audaces y estrechamente integradas serán el mayor factor diferenciador entre las empresas que ganan y las que no lo hacen, y los mayores ingresos y las mayores inversiones se destinarán a aquellas startups -o empresas de rápido crecimiento- que inician las llamadas disrupciones digitales. Los seguidores de estas empresas o las corporaciones que sigan estas disrupciones de forma rápida y con excelencia operativa y salud organizacional superior no se quedarán atrás. Las que sólo hablen, comuniquen, postureen con lo digital, sufrirán una caída mayor. Las ganancias netas en las startups de la industria agroalimentaria que han comenzado en la revolución digital llegan, como mínimo, a los dos dígitos anuales y con una curva de crecimiento exponencial. La industria agroalimentaria está dando los primeros pasos al respecto. La mayoría de las empresas exitosas de este sector están cambiando de forma audaz su modelo de negocio poniendo al usuario en el centro del sistema, imitando lo que antes han hecho otras startups de otros sectores.

Para entender lo que están haciendo los líderes de hoy en el sector agrifood hemos de saber que más del doble de las empresas líderes del sector vinculan sus estrategias digitales y corporativas que las que no lo hacen. Es decir, no separan su estrategia de desarrollo corporativo a su estrategia digital. Parece claro que una gran inversión digital es un factor diferenciador, y una estrategia de innovación en los rápidos crecimientos en startups disruptivas aceleran exponencialmente la competitividad, como mínimo un 30% sobre las cifras de negocio de un año hacia otro, llegando en algunos casos a más del 100% del volumen de negocio de un año para otro. Invertir en inteligencia artificial, en internet de las cosas, en BigData y en análisis, en plataformas de relación con el cliente, en sistemas de telecomunicaciones, en blockchain, en economía circular, no es una moda, no es un capricho de tecnólogos, es más bien una necesidad esencial para competir. Quien no esté en ello o mire para otro lado estará en el lado muerto o de empresa zombi.

En Startup Europe Smart Agrifood Summit (Sesas) hemos visualizado y hemos ofreciedo esta posibilidad. La agricultura nació con el Homo Sapiens hace miles de años. Hoy en día la inteligencia artificial es en realidad un intento de entender la inteligencia y la razón humana. Y aplicarla a la agricultura, a la ganadería, al cuidado de la naturaleza, es una necesidad y una obviedad, porque sus recursos son limitados; es una forma de luchar también por la supervivencia de nuestro mundo.

Volumen de negocio

En resumen, en Sesas hemos tenido cerca de 2.000 participantes, con más de 320 millones de volumen de negocio, y más de 300 startups y/o emprendedores que nos han abierto los ojos al futuro para ver cuáles son los avances que en los próximos dos años tendremos en este sector. Y para la transformación, este Summit es un imán para la atracción de talento, de gente que realiza emprendimientos. El verdadero emprendedor es un hacedor, no un soñador. El Smart Agrifood Summit ha estado repleto de soñadores, pero, sobre todo, de soñadores que son grandes hacedores.

Decía Martin Lutter King a este respecto: «Si usted no puede volar enseguida, corra; si usted no puede correr, vaya a pie; si no puede caminar, arrastrese; haga lo que haga tiene que seguir adelante». Solo hay una buena razón y legítima para llevar a cabo una empresa o un proyecto: cambiar el mundo. H