«No eran piratas ni corsarios, venían de buenas familias andaluzas», decía ayer sobre los expatriados cordobeses que hicieron renacer Creta quien es posiblemente la máxima autoridad internacional sobre la materia: el profesor griego de de la Universidad de Columbia y Ioannina de Grecia y director del Institute por Graeco-Oriental and African Studies, Vasilios Christides.

Este experto, que ha ofrecido conferencias sobre el tema por todo el mundo y «se emocionó» cuando le ofrecieron hablar sobre ello en Córdoba, destacaba que, aunque se conocen pocos detalles, «seguramente partieron del puerto de Almería y quizá compraron ellos mismos los barcos o se los proporcionó el emir, pero no eran barcos piratas, eran barcos mercantes y de guerra, y con ellos cruzaron el Mediterráneo».

Carmen Panadero, escritora de novela histórica y autora del ensayo Los andaluces fundadores del emirato de Creta, destacaba también que los cordobeses «aclimataron a la isla cultivos que no le eran propios como la caña de azúcar, el algodón o el lino; acrecentaron las plantaciones de olivos, de morera, introdujeron la cría del gusano de seda. Explotaron sus minas de oro y otros metales, que estaban abandonadas, para acuñar dinares y para su industria joyera, donde mostraron su maestría».