Ni en sus mejores sueños podían esperar que los cordobeses, en todos los rincones de la capital y la provincia, se volcaran de una forma tan generosa en la segunda Gran Recogida de Alimentos puesta en marcha en toda España con la intención de abastecer los Bancos de Alimentos y garantizar los recursos que solo en Córdoba llegan a más de 32.000 usuarios. Joaquín Cabello, gerente del banco, daba fe de lo que desde primera hora de la mañana se vivía en los 140 supermercados adheridos a esta iniciativa. "Estamos recogiendo mucho más que el año pasado", aseguró Cabello, "teníamos más del doble de cajas preparadas para repartir a los establecimientos y ya estamos repartiendo las últimas". Al parecer, a las doce del mediodía de ayer ya se habían llenado todas las cajas entregadas en Pozoblanco, una hora más tarde Cabra daba la voz de alerta y a las tres ocurría lo mismo en Aguilar. Y así sucesivamente. Los voluntarios no daban abasto, trabajando a destajo para ordenar y recoger los kilos y kilos de comida que se iban almacenando a la puerta de las tiendas. "En la capital, te puedo decir que barrios como Ciudad Jardín se están volcando mucho", destacaba Cabello.

En uno de los establecimientos del barrio del Guadalquivir, el trajín era frenético y a las 12.30 del mediodía ya habían recogido más de 1.300 kilos de aceite, galletas, leche, legumbres y productos infantiles. Antonio Lozano, coordinador de este grupo de voluntarios, se mostraba feliz por la acogida de la iniciativa. "Todo el mundo, tenga más o menos, está concienciado y está ayudando en la medida de sus posibilidades", comentaba, "y esta mañana ha habido dos o tres personas que nos han donado carros casi llenos de comida, lo cual es muy de agradecer". Entre las clientas que hacían entrega de su donativo, Victoria, parada y madre de cuatro hijos, admitía que lo hace de buena gana. "Hay mucha necesidad y lo sé porque la mía es una de las familias a las que nos ayuda Cáritas a través del economato, hay mucha pobreza y como a mí me ayudan, yo también quiero ayudar". Su gesto se repetía una y otra vez a la salida del supermercado. Según los voluntarios, "los barrios obreros, donde la gente tiene menos, son incluso más generosos que otros, son conscientes de que la necesidad es muy grande y están más predispuestos a colaborar". Aunque la jornada de ayer fue intensa, hoy sábado se espera que la avalancha solidaria sea aún mayor. Ya saben.