El acusado de atropellar y matar a un hombre en un arrebato de celos en la Carretera de Castro, en marzo del 2011, declaró ayer en el juicio que no vio a la víctima, que no tuvo tiempo de reacción y que "nunca" ha sido celoso. Además, el procesado añadió al comenzar la vista que se celebra en la Audiencia Provincial ante un jurado popular que ese día había bebido y que tras el atropello se marchó del lugar porque "me asusté".

El fiscal, que pide para el acusado 18 años de prisión, relata en su escrito de conclusiones provisionales que en la madrugada del 6 de marzo del 2011 el procesado, tras discutir con su pareja, se trasladó junto a esta hasta el Sector Sur. Allí continuó la pelea, se bajaron del coche y, tras seguir a la mujer durante un rato por el barrio, el acusado se marchó en el automóvil. Entretanto, ella entabló una conversación con otro hombre en la Carretera de Castro y al aparecer por esta vía el procesado y verlos, "movido por los celos, aceleró la marcha y se dirigió a gran velocidad hacia donde ellos estaban". El hombre hizo gestos para que se detuviera, pero el procesado, lejos de frenar y siempre según el fiscal, incluso se cambió de carril "con intención de atropellarlo y darle muerte". Una vez que le embistió con el coche, continuó su marcha hasta un semáforo para a continuación dar marcha atrás hasta llegar a la altura del cuerpo y mirar "con frialdad el cadáver", para finalmente abandonar el lugar.

El acusado, sin embargo, ofreció otra versión durante su declaración ante los miembros del jurado popular. Dijo que aquella madrugada estaba "nervioso y bajo los efectos del alcohol" tras haber bebido "bastantes" cervezas y discutido con su pareja. Cuando se montó en el coche tras dejarla en el Sector Sur, dio una vuelta para volver a buscarla, pero al incorporarse a la Carretera de Castro, mientras miraba a uno y otro lado buscando a la mujer, "de golpe y porrazo me encontré al peatón encima". "No tuve tiempo de reacción y no pude frenar, ojalá", exclamó ante el jurado. Además, el acusado aseguró que no vio a la víctima hablando con su pareja y que "nunca" ha sido celoso. "Fue una sorpresa, me lo encontré encima", insistió.

El procesado no supo explicar por qué siguió la marcha hasta un semáforo cuando, según reconoció, "lo lógico hubiera sido pararse" tras el atropello. Sí recordó que luego dio marcha atrás "para ver qué había pasado" y cuando observó que el peatón "estaba mal" y que la mujer le gritaba "me asusté y me fui", relató. Aun dio una vuelta más y regresó "con la intención de socorrerlo", pero al ver gente congregada en el lugar "me asusté del todo" y se marchó.

INTENCIONADAMENTE El fiscal consideró ante el jurado al inicio del juicio que el acusado mató al peatón "queriendo" y que lo hizo "por celos", mientras que la acusación particular, que al igual que el ministerio público lo acusa de un delito de asesinato, señaló que lo "mató voluntaria, consciente e intencionadamente" y pidió para él una pena de 20 años de cárcel. La defensa, de su lado, insistió en que el acusado "había bebido y su capacidad para la conducción estaba reducida", que también se encontraba en estado de "ansiedad y nerviosismo" por la discusión con su pareja, y que al salir de una curva cerrada "se encontró un obstáculo en la carretera", pero que "no quiso atropellar al peatón", por lo que pidió su absolución.