Desde primera hora, a las puertas del edificio de la DGT de Córdoba, se respira un ambiente de nerviosismo y preocupación a la vez. Desde ayer, todos aquellos que deseen obtener el permiso de conducir B, deberán pasar de manera positiva la nueva prueba.

Una fila de jóvenes del turno de las 10.15 de la mañana esperan ansiosos oír sus nombres para entrar en el aula donde se enfrentarán cara a cara durante una hora con su nuevo examinador, un ordenador táctil individualizado que les presentará 30 preguntas de manera aleatoria a cada uno de los aspirantes. El manejo es más sencillo, pero a la mayoría le ocurre que "tiene miedo de la novedad". Así opina Margarita, una profesora de autoescuela que espera paciente la salida de alguno de los 8 alumnos que ha preparado para la prueba. El tiempo pasa y poco a poco van saliendo a la calle caras de felicidad, duda e incluso decepción.

Esta nueva forma de demostrar si los futuros conductores conocen a la perfección el Código de Circulación, en opinión de muchos, se complica. A pesar de que a las nuevas generaciones se les denomina los nativos digitales , el papel da confianza. Al parecer, existe un vínculo más estrecho entre el papel y el bolígrafo, pues muchos aseguran que, además, el ordenador suele bloquearse, y es que la tecnología tiene sus defectos, a lo que se suma el manejo táctil que no es muy compatible en estas circunstancias en las que nos domina un pulso inquieto.

Es evidente que la tradicional forma de estudiar ha cambiado. Como bien explica Juan Antonio, profesor de la autoescuela Giro, "ahora hay que dar clases teóricas, cosa que antes no se hacía". Además, asegura que "hay que estar en clase, estudiar y aprenderse el libro otra vez", pues "las 15.500 preguntas de todas las categorías, con una redacción más sencilla y actualización diaria", según define la Dirección General de Tráfico, a juicio de muchos no es un reto fácil. "Hay mucha variedad de preguntas, y muy dispares", apunta Isabel, una alumna de la autoescuela Lama. "Han sido más complicadas de lo que he visto en clase", puesto que considera que en su examen aparecieron algunas preguntas que no reconocía. "Hemos salido todos los de la autoescuela pensado que iba a ser más fácil, pues al coger 30 cuestiones aleatorias te puede salir cualquier cosa que no te esperas", dice la joven.

La DGT en su página web pone a disposición de los aspirantes algunas de las preguntas, las cuales se cambian de manera aleatoria, y conforman los habituales exámenes. Asimismo ofrece la posibilidad de consultar el resultado final de la prueba sin esperar a que sea la autoescuela la que lo notifique.

Por otro lado, el objetivo principal de esta primicia es que los futuros conductores sean conscientes de la importancia de obtener un permiso que permite conducir cualquier vehículo de la clase B, y por ello ha incluido dentro del listado de cuestiones algunos temas como la campaña de prevención en los accidentes de tráfico. En concreto, Alejandro, uno de los jóvenes que comenta su examen con el resto de compañeros, recalca una pregunta sobre si afecta la publicidad de estos infortunios.

En este primer día en el que la novedad despertaba el interés de muchos y el miedo de otros, por lo general, se murmuraba entre los presentes "me lo esperaba más fácil", pues parece que para ser un conductor de primera es esencial conocer, entre otros, cómo actuar cuando la carretera nos pone en circunstancias complicadas en las que, en ocasiones, está en juego nuestra vida.