Lo que era previsible se confirma. Según fuentes cercanas al procedimiento de la demanda de divorcio que interpuso Ruth Ortiz a José Bretón, el juicio de hoy será a puerta cerrada. Esta decisión está relacionada con las razones que motivaron al Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Huelva a celebrar la mediante videoconferencia --Bretón declarará desde la cárcel de Alcolea, donde se encuentra preso desde el 21 de octubre del año pasado--, ya que el caso ha tomado una gran trascendencia mediática debido a la imputación de doble asesinato con alevosía y agravante de parentesco que recae sobre el demandado, por lo que se quiere evitar cualquier tipo de contacto de personas externas al caso, aunque sea telemático, con los protagonistas.

Así, ante la presencia de las cámaras se ha ideado un plan para que Ruth Ortiz entre al juzgado lejos de la atención de los medios y se reforzará la vigilancia en el edificio donde se celebrará la vista. El juzgado ha tenido en cuenta la intimidad de las partes en litigio, ya que pueden salir a relucir temas íntimos, propios de la vida conyugal que considera que no deberían de exponerse públicamente. Lo habitual es que las cuestiones relacionadas con el desarrollo del juicio se decidan momentos antes de que comience la sesión.

En la edición de ayer este diario adelantaba que en la respuesta a la demanda que hace la representación de José Bretón, pide llevar testigos al juicio para acreditar su labor como padre. En concreto, solicita que decleren tres profesores de los centros donde estaban inscritos los pequeños Ruth y José. Cabe destacar que la demanda se interpuso en abril ,meses antes de que se conocieran dos informes que asuguran que los restos encontrados en la hoguera de Las Quemadas son humanos y pertenecen a menores.

De otra parte, el muro de la parcela de los abuelos paternos luce desde ayer una pancarta en la que se vuelve a insistir en que Antonia Gómez, la madre de Bretón, coaccionó a una testigo que aseguró que el ahora preso propinó un bofetón a su hijo, de dos años, durante una celebración el verano pasado en una hamburguesería, episodio que ha dado lugar a otro juicio.