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LAS VICTIMAS TIENEN DISCAPACIDADES SEVERAS

El hermano Manolo responderá por maltrato y abusos sexuales

Se enfrenta a 20 años y medio de cárcel por un total de 13 delitos. También serán juzgados otro franciscano y un excuidador

Un total de diez delitos de maltrato y tres de abusos sexuales figuran en la acusación que la fiscalía ha presentado contra Manuel Ortiz, el hermano Manolo, director hasta el año 2010 de la casa de acogida de la Cruz Blanca, entidad que atiende a discapacitados. Las penas ascienden a 20 años y seis meses de prisión y junto a él están acusados de abusos sexuales otro franciscano (F.A.G.) y un excuidador nocturno (S.R.D.); se enfrentan a tres y seis años de cárcel, respectivamente.

El ministerio público, en un extenso relato, sostiene que el religioso "ha venido utilizando de un rigor innecesario a la hora de corregir las distintas conductas de los residentes" y, "de hecho, ha venido agrediendo de forma habitual" a los internos, con discapacidad severa. A uno de ellos, con un grado del 90% de discapacidad, "le ha propinado de forma reiterada guantazos en la cara"; a otra interna, con retraso mental, "que tiene por costumbre tirarse al suelo", la levantaba "a base de tirones de pelo" y le produjo calvas en el cuero cabelludo; a otro residente, con una discapacidad del 71%, le puso el ojo morado de un puñetazo, y en una ocasión salió de la cocina con una espumadera para propinarle golpes a otro.

A estos episodios se añaden otros en los que introdujo a un interno en la cámara frigorífica, tiró un zapato a otro que alcanzó en un ojo o golpeó con una muleta a una discapacitada. "Los hechos descritos nunca fueron denunciados a las autoridades sanitarias, dado que nunca los residentes y lesionados fueron llevados a centro hospitalario alguno", dice el fiscal.

ERA UN JUEGO El ministerio público describe que en el 2007 se produjo un caso de abuso sexual en Torre del Mar a un residente, a quien pidió que se metiera en su cama al objeto de efectuar tocamientos, hecho que se volvió a repetir en las vacaciones del año siguiente en Mazagón y en noviembre del 2009 ya en Córdoba. "A todas sus víctimas les decía que tales hechos eran un juego y les aleccionaba que si decían algo los echaría del centro", añade el fiscal en su escrito.

Respecto a los otros dos procesados, señala que el otro religioso "en distintas ocasiones y con ánimo libidinoso ha llevado a cabo tocamientos en su partes íntimas" a un interno, mientras que el cuidador abusó diversas veces de discapacitados cuando trabajaba en el turno de noche en la sala destinada a los empleados.

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