--Antes de ser empresario, fue destacado sindicalista con CCOO y asesor en el Ayuntamiento.

--La etapa de asesor me llenó menos, porque la política tiene una parte muy importante de mentira. En 1996 descubrí mi verdadera vocación, que era trabajar en empresas de economía social.

--Tras esos pasos, finalmente recala en el negocio familiar.

--El grupo El Yate ya no es solo familiar. Empezamos 5 personas trabajando en la cooperativa El Yate en 1996 y y ahora estamos 235 y con visión de aumento. Además, formamos parte de la Corporación Empresarial Séneca. Estamos creciendo de forma importante en tiempos de crisis, haciendo grandes esfuerzos. En nuestra estrategia no está el lloriqueo. La cooperativa El Yate me contrata en 1996 para transformar el hostal en residencia, un reto, ya que partíamos del concepto de asilo para mayores. Honestamente fuimos los primeros en acreditarnos en la norma de 1997, primera legislación sobre mayores. Fuimos también los pioneros en aplicar el término sociosanitario y en incorporar médicos. Cajasur lo veía imposible y con el esfuerzo colectivo la empresa fue rentable.

--Y empieza a surgir el grupo.

--En el 2005 nos quedamos con la gestión de la residencia Séneca en La Fuensanta y seguidamente con la residencia de Montoro. Luego en el 2006 ampliamos la original residencia El Yate, para pasar de 70 a 119 plazas, con la unidad de estancia diurna. Luego en el 2009 ganamos el concurso para gestionar una residencia de La Carlota. Ahora El Yate está otra vez de reforma, para alcanzar las 121 plazas de residencia, más 34 de estancia diurna.

--¿las entidades financieras apoyaron su expansión empresarial?

--Hemos sido innovadores ante la cerrazón de los bancos a dar créditos. Los bancos están usando el dinero para especular y están poniendo intereses de usura. Le he enviado cartas de queja a la ministra de Economía y al consejero de Innovación de la Junta. Hemos vuelto a la época de los señoritos, que prestaban dinero al campesino y luego éste le debía devolver el doble, si no te quitaban la propiedad. Los bancos están fijando intereses del 8%, cuando la rentabilidad de nuestro sector está por debajo del 3% en muchos casos. Hemos tenido que acudir a un banco que no es el tradicional, Triodos Bank en Holanda, que es socialmente responsable. Los directores de los bancos ya ni te reciben, porque han llegado al despotismo y a la usura.

--¿Por qué metas trabaja Faecta y Cepes Córdoba bajo su dirección?

--Me integré en Faecta hace 10 años. La mayoría de las cooperativas eran agrarias en Córdoba. La economía social jugaba en Segunda División. Nos reuníamos en un piso alquilado y hacía falta un equipo e infraestructuras que dieran respuestas a los problemas de este sector empresarial. Había un reto que se mantiene, el reconocimiento de esta fórmula empresarial. Se han dado pasos de gigante, como una sede digna para que se puedan generar oportunidades. En Córdoba se firmó el primer Pacto Provincial por la Economía Social. Existen otros objetivos pendientes que conllevan cambiar la visión de la sociedad. Posiblemente en el 2012 dejaré la responsabilidad de Faecta, pues por muchas razones tiene que entrar sangre nueva.

--¿Cómo marcha Novocare?

--Es una sociedad cooperativa de integración, en la que participa El Yate, con sede social en La Puebla de Cazalla (Sevilla). Contamos con una residencia allí y la semana pasada inauguramos otra en Coín (Málaga). La crisis no ha tenido nada bueno, pero a las empresas nos ha hecho reflexionar sobre la necesidad de diversificar productos y servicios. En la línea de alianza entre empresas llevamos 18 meses trabajando en la puesta en marcha de un centro de producción de alimentación muy especializado para personas mayores. Acabo de viajar a Italia para buscar inversores. Con este centro se lograrían varios objetivos: generar empleo, mejorar la calidad y la seguridad de la alimentación y optimizar costes, pues no es lo mismo comprar alimentos para las plazas que suman El Yate y Novocare que para miles. El objetivo primero sería autoabastecernos, pero después queremos ampliar nuestras posibilidades de mercado, saltando de las residencias a colegios, optando a concursos convocados por administraciones o entidades. Tenemos en proyecto seguir abriendo nuevos centros a un ritmo de 100 plazas anuales, a centro por año. En el 2010 hemos creado 70 puestos de trabajo, este año la previsión es de 20-25, más los que pudieran surgir con el proyecto alimentario, y otros 50 en el 2012.

--¿Qué futuro les espera a las residencias exclusivamente privadas?

--La posibilidad de mantenerse es muy escasa, pues en el ámbito de lo público los precios están casi por debajo del coste de la gestión. Hay residencias que no están pagando los salarios de los trabajadores y esto es señal inequívoca de que o se soluciona o van a cerrar muchas. Por eso, es necesario abrir una mesa de negociación con la Administración que posibilite un acuerdo.

--Algunos sectores han cuestionado que sus empresas hayan recibido ayudas públicas de la Junta.

--Aclaro que El Yate no ha recibido ni un solo euro de subvención. Se me paga la formación de una persona que luego pongo a trabajar y yo pago un aula y a unos profesores. Nuestras empresas no son de nadie, ni del PSOE, ni del PP, ni de IU. El 80% de mis trabajadores tiene un contrato indefinido. Fomentamos la política de género y casi todas las áreas tienen al frente a una mujer.