La competencia asiática, la pérdida de actividad en la construcción y la caída del consumo han ahondado en los síntomas de crisis que se venían observando en la madera, y ha dejado al descubierto las dificultades del sector para afrontar la situación si no recibe ayudas. Municipios como Lucena o Villa del Río, tradicionales focos de esta industria, están tocados. Solo hay que esperar a que, si la Administración adopta medidas, no lleguen cuando la situación sea irreparable.