El departamento de Ecología de la Universidad de Córdoba (UCO) ha logrado un nuevo hallazgo importante para la ciencia al localizar en Córdoba hormigas vampiras y, en concreto, capturar machos, especies que nadie en el mundo antes había encontrado y que, por tanto, no hay estudios sobre las mismas. Así lo asegura Joaquín Reyes, científico de la UCO, que desde 1990 investiga estos diminutos seres en Córdoba.

Reyes explica que las hormigas vampiras, cuyos nombres científicos responden a Amblyopone y Proceratium, son especies que pertenecen a uno de los grupos más primitivos. Principalmente, se caracterizan porque las reinas se alimentan de la sangre de sus propias larvas. Succionan su sangre, pero no llegan a matarlas, y no parece que se vean afectadas por este comportamiento. A su vez, el profesor aclara que son inofensivas para el hombre y que su hallazgo manifiesta "el alto valor ecológico" de la zona donde se encuentran, pues son bioindicadores del estado del ecosistema. En este caso --según el investigador-- las hormigas vampiras confirman que existen lugares de la Sierra de Córdoba en "muy buen estado de conservación", a pesar de que "son bichos muy raros de encontrar y muy vulnerables y sensibles a cualquier alteración". De hecho, se ven afectadas por incendios, urbanizaciones y, en definitiva, por la actividad del hombre. Son especies que no se aprecian en las ciudades (sólo las alúas, porque el viento las arrastre), ya que necesitan lugares con mucha vegetación y umbría.

El grupo de investigadores localizó las primeras hormigas vampiras (obreras) el año pasado en la Sierra de Córdoba y el pasado verano, en agosto, sorprendentemente, capturaron machos y hembras en el campus de Rabanales mediante una trampa de luz, algo inusual, pues "ni se conocían los machos", subraya Joaquín Reyes. En la Península estas hormigas se han visto en contadas ocasiones en Gibraltar y en las costas de Granada y Cataluña. Eso sí, son abundantes en los trópicos y en Australia.