El colegio María Montessori es algo más que especial. Es uno de los centros educativos excepcionales. Su directora, María del Carmen Robledano, orgullosa de él, abre sus puertas piropeando a sus alumnos, repartiendo alegría en las clases y animando a todo el personal que trabaja en este colegio que, en su opinión, es "único en Andalucía y con las instalaciones y el material más moderno de toda España". Los sentimientos, las emociones y los siete sentidos se multiplican en sus pupitres, aunque, en ocasiones, las limitaciones de sus alumnos son considerables y apenas pueden mostrar su bienestar con un pestañeo. Pero hasta en los pasillos, en los patios y en el mismo invernadero la motivación y el estímulo toca de lleno.

En estas aulas, comunicadas entre todas ellas vía telefónica e internet, no hay lugar para caer en la desesperación. En este colegio se quiere avanzar en mejorar la calidad de vida de sus alumnos y todos los días se da un paso más. El comedor no solamente llena estomaguitos ni la piscina climatizada sirve solo para chapuzones. Este centro de educación especial va más allá. Solo hay que entrar en una preciosa habitación convertida en piso piloto para darse cuenta de cómo los alumnos se desenvuelven como si estuvieran en su casa (cocinan, hacen la cama, barren, lavan y planchan).

Noriega

Precisamente, este centro de Aprosub se ha convertido en una gran familia en la que actualmente hay escolarizados 80 alumnos con distintos grados de discapacidad intelectual, desde los 3 hasta los 21 años. Y unas 35 personas conforman la plantilla de trabajadores que está plenamente volcada en el alumnado de este centro, ubicado junto al circuito de El Tablero y que se estrenó hace poco más de un mes. Todo ello gracias a la inversión realizada por la empresa Noriega, cuyo presidente, Martín Sánchez-Ramade, propició un intercambio de terrenos con Aprosub y a finales del 2006 se iniciaron las obras de estas excepcionales instalaciones. Para el día de su inauguración oficial, la asociación espera la visita de algún miembro de la Casa Real. El colegio se merece el abrazo de príncipes y reyes, pues quienes conforman la comunidad educativa reconocen que tienen la suerte de compartir un palacio, que sustancialmente ha mejorado, sobre todo en barreras arquitectónicas, con respecto a su antiguo emplazamiento, un chalet de El Brillante, ahora propiedad de Noriega.

Y es que las nuevas instalaciones disponen de rincones casi mágicos, como el aula de estimulación multisensorial, donde los niños reciben tratamientos específicos en una cama de agua, en columpios especiales o en curiosos dispositivos que permiten a los pequeños reconocer la colonia de sus padres.

También sus planes formativos, enfocados a la integración sociolaboral de los alumnos, propician numerosas salidas a empresas, entidades y viajes culturales, tanto de los escolares de Infantil y Primaria como de los que participan en programas de transición a la vida adulta y laboral, en los que se imparten módulos de jardinería, carpintería y corte y confección. Y de una manera transversal la igualdad entre hombres y mujeres se inculca en todas las aulas. Aquí los juegos y las actitudes machistas "no se permiten", subraya la directora, quien, a su vez, explica que también son muy importantes los talleres de reciclaje y los programas donde se trabaja la autoestima de los niños, pues incluso se les enseña a depilarse o a usar una compresa. Además, cuando los padres así lo autorizan la sexualidad también en el centro deja de ser un tema tabú. En definitiva, el María Montessori es un ejemplo de lo que debe ser un auténtico colegio.