El Gobierno ha denegado al sargento de Infantería Sergio Santisteban, residente en Córdoba y herido en la guerra de Irak, el reconocimiento como víctima del terrorismo después de que el soldado lo solicitara al no recibir tampoco un documento oficial donde lo identifique como víctima de una acción de combate, según Europa Press .

El escrito del Ministerio de Presidencia refleja que "no ha quedado acreditada la condición de Santisteban como herido en un atentado terrorista, condición indispensable para la concesión de la condecoración solicitada", a pesar de que sufrió el 11 de febrero del 2004 en Diwaniya (Irak) un ataque con una granada de mano.

La mujer del sargento, Toñi Ortigosa, señala que "se sabe que el fundamento de que los militares españoles fueran a Irak era para luchar contra el terrorismo y lo de la ayuda humanitaria que se lo cuenten a otros".

Santisteban, después de casi ya dos años de lo sucedido, continúa esperando que Defensa realice un reconocimiento por su participación en una acción de combate porque, según manifestó Toñi "mi marido ha estado en la guerra aunque el Estado no lo quiera reconocer".

El pasado 18 de febrero, el sargento y su esposa se citaron con el ministro José Bono, quien se comprometió a iniciar una investigación y revisar los expedientes de solicitud de recompensa para la patrulla que fue atacada en Diwaniya.

Según Ortigosa, "mi esposo acudió a la reunión bastante ilusionado pero cuando por petición del ministro le enseñó las heridas causadas por el ataque y al verlas comentó que ya estaban cerradas, mi marido le tuvo que contestar indignado si quería que viniera chorreando sangre después de más de un año".

Tras lo sucedido con Bono, a Toñi Ortigosa le pareció que el trato que había sufrido su marido "no había sido el adecuado, con preguntas imbéciles e impropias para un ministro".

Un mes después, la pareja observó que las investigaciones no se estaban llevando a cabo, lo que ocasionó al sargento "una caída en picado", desembocando en un accidente suicida con su coche producido por una mezcla de medicación y alcohol, "puesto que su situación le llevó también al consumo diario de aproximadamente diez litros de cerveza diarios, triplicando así los efectos del síndrome de estrés post-traumático que sufría y al que muchos especialistas en el caso de militares suelen denominar Síndrome del Vietnam ".

Toñi Ortigosa decidió acudir el pasado 20 de junio al Defensor del Pueblo en Madrid donde la entonces responsable en funciones, María Luisa Cava de Llano, se comprometió a iniciar el expediente para estudiar el caso.