LUGAR DE NACIMIENTO CORDOBA

EDAD 76 AÑOS

TRAYECTORIA DESDE 1951 A 1965 TRABAJO EN LA EMPRESA PRIVADA. ESE AÑO MONTO SU DESPACHO PROFESIONAL, EN EL QUE HA DESARROLLADO SU ACTIVIDAD HASTA SU JUBILACION. EL BUFETE CUMPLE AHORA 40 AÑOS.

--Su larga andadura profesional no habrá sido siempre fácil, ¿Verdad?

-- Efectivamente. Pero, verás, desde el principio he tenido un interés grandísimo en la organización y en la formación de empresarios. O sea, que no se trata sólo de asesoramiento fiscal o laboral. He intentado siempre formar al empresario desde un punto de vista integral.

--Sin embargo, parece que lo de la formación del empresariado es una cosa nueva y lleva usted haciéndolo 40 años.

--Yo he tenido mucho interés en una faceta de la juventud. Por ejemplo, fui uno de los que crearon la Escuela de Comercio de Córdoba. Desde que se creó ETEA he sido profesor allí. Pero además he hecho siempre una serie de cursos monográficos para el empresario.

--¿Y los empresarios muestran interés por aprender? Porque se dice que suelen estar demasiado metidos en su empresa...

--Sí están dispuestos. Si se organizan cursos en condiciones y que además sean prácticos, el empresario responde.

--Ha dicho usted que también está especializado en organizar empresas. Parece eso algo muy complejo...

--Es complejo, pero hay que aplicar la técnica. Hay quien quiere montar una empresa, la que sea, porque ha oído que a otros les ha ido bien. Pero una empresa hay que montarla con unos fundamentos científicos. Es decir, un plan de viabilidad, saber los objetivos que se persiguen y vigilar si se logran.

--Vamos, montarla con la cabeza más que con el bolsillo...

--Exacto, no porque te lo hayan recomendado o porque a fulanito le ha ido bien.

--¿Hay mucha temeridad en Córdoba en ese sentido?

--Ha existido. Cada vez menos, pero ha existido.

--También ha sido usted protagonista, profesionalmente, por su faceta de interventor, en numerosos procedimientos de crisis y suspensión de pagos de empresas. Eso supongo que le habrá deparado no pocos momentos para recordar...

--Muchos. No sé exactamente, pero habré intervenido en cerca de 200 empresas, como interventor judicial, en expedientes de situaciones anormales, suspensión de pagos y cierres. Y en muchas de ellas hemos salvado la empresa. No porque el procedimiento concursal sea un procedimiento para depurar o reflotar empresas, sino que, sin ser eso, se ha conseguido llegar a convenios con acreedores y que la empresa siga. Pero eso se logra siempre que el empresario presente el expediente en su momento, no como muchos que por un prurito social mal entendido del qué dirán no se atreven a presentarlo.

--¿Y el fenómeno contrario, de quien lo presenta antes de tiempo?

--Ahora mismo la Ley concursal prevé la insolvencia inminente. Es decir, que aún sin haber sobreseído sus obligaciones de pago, prevé que puede dar lugar a esa situación y, antes de que llegue, la nueva ley permite presentar ese expediente concursal con el fin de salvar la empresa.

--Cuando uno llega a una empresa para intervenir en un caso de esos, ¿qué es lo primero que hay que hacer?

--Lo primero que tenemos que luchar es, precisamente, con el propio empresario, porque al empresario cordobés le pesa mucho ese qué dirán que he mencionado antes. Hay que convencerlo de que tiene que hacerlo, porque es la salvación, de él, de sus trabajadores y de sus acreedores.

--Por lo tanto, usted ha sido testigo privilegiado del devenir económico y empresarial de nuestra provincia. ¿Cómo ha visto este desarrollo?

--Se ha dicho muchas veces que Córdoba no tiene empresarios. Sí los tiene, lo que pasa es que muchos de ellos han caído en la trampa de no asesorarse debidamente y de no formarse. Y por otro lado, la característica fundamental de empresa familiar. El problema de las empresas familiares, querámoslo o no, es el de los cambios generacionales. El padre crea un negocio, llega la segunda generación y lo continúa y esa generación se casa, entran familiares políticos, empiezan las discordias y en la tercera generación el negocio está fatal. Porque no han sabido resolver el problema.

--Por eso hay quien sugiere la incorporación de un profesional ajeno...

--Eso es fundamental. A veces la gente dice que hay que hacer un protocolo. Pero más que el protocolo, hace falta formación.

--Pero no es menos cierto que no pocos grandes empresarios se han hecho a sí mismos casi sin formación, y en Córdoba hay algunos ejemplos.

--Y si los analizamos veremos que gran parte de ellos han nacido de la nada.

--De la nada y de la intuición.

--Sí, y se pueden poner muchos casos.

--A la vuelta de estos cuarenta años, ¿el saldo es positivo?

--Yo creo que sí. Porque gracias a Dios este despacho ha crecido, tenemos dos más, uno en Málaga y otro en Madrid.

--Y además uno de sus hijos se ha convertido en un profesional de gran prestigio en esta actividad...

--Es cierto, y eso para mí es un orgullo. Para todo profesional es un orgullo que alguien siga la labor que él ha empezado, y si además la mejora y la supera, miel sobre hojuelas.